Repsol continúa avanzando en su revolución tranquila marcada en su plan estratégico, sin dejar su principal negocio y apostando por la industria, la neutralidad tecnológica y la descarbonización. Ahora ha comunicado a la CNMV la venta de dos activos de gas y petróleo en Colombia, pero aún no abandona el país.
La compañía multienergética que dirige Josu Jon Imaz ha acordado la venta de dos activos por 530 millones de dólares (unos 501,8 millones de euros). Se trata, por un lado, del 100% de Repsol Colombia Oil&Gas Limited, que explota el bloque CPO-9 (el cual opera en un 45% con la petrolera colombiana Ecopetrol, que tiene el 55% restante), en el Departamento del Meta. Y por otro, del 25% que tenía en SierraCol Energy Arauca LLC (filial de la compañía de exploración y producción de petróleo y gas el país hispanoamericano SierraCol Energy) y que gestiona el activo Llanos Norte en el Departamento de Arauca.
Desde hace unos años, en el plan estratégico 2021-2025, que fue actualizado y ampliado el pasado 22 de febrero para el periodo 2024-2027, se estableció la intención de concentrar el negocio de exploración y producción de petróleo y gas (conocido como upstream en el argot del sector) en 14 países, frente a los 25 en los que estaba presente cuando lanzó el primer plan. Esto ha supuesto que ya haya dicho adiós a Canadá, Vietnam, Malasia, Papúa Nueva Guinea, Australia, Grecia, Marruecos, Irak, Bulgaria, Ecuador y Rusia. Un plan de rotación de activos de upstream, donde no sólo se busca optimizar la cartera, sino centrarse en los activos y países donde tienen mayores ventajas competitivas, así como primar el valor sobre el volumen, y buscando también liderar la reducción de emisiones de CO2 en el sector al apostar por activos con menos emisiones por barril. También cabe recordar que vendió un 25% del negocio de upstream al fondo EIG). Y entre las áreas geográficas con mayores ventajas, especialmente en países OCDE, destaca la mayor apuesta de Repsol por EEUU, como se puede ver, por ejemplo, en Pikka, un‘megayacimiento’ en Alaska donde hace más de dos años anunció la inversión de 2.555 millones junto a la energética australiana Santos; México, donde en febrero de 2023 compró el 20% de ocho pozos a la petrolera anglo-neerlandesa Shell; y Brasil.
Repsol apuesta por la rotación de activos de 'upstream': busca optimizar la cartera, centrarse en los activos y países donde tienen mayores ventajas competitivas, así como primar el valor sobre el volumen y también liderar la reducción de emisiones de CO2 en el sector al apostar por activos con menos emisiones por barril
Volvamos a Colombia, la venta de los dos activos de crudo y gas citados por parte de Repsol no supone aún su salida del país que preside Gustavo Petro. De hecho, la compañía española mantiene algunos activos de exploración y algún negocio comercial de lubricantes. Por su parte, la compradora (GeoPark) ha destacado que adquiere activos “de alta calidad” en la Cuenca de los Llanos, que es una de las regiones petrolíferas más productivas de Colombia donde ya tiene presencia y opera desde hace tiempo. La operación encaja en la estrategia de crecimiento de GeoPark en grandes activos “competitivamente ventajosos y grandes cuencas probada”. Repsol no abandona Colombia, por ahora, pero cabe recordar que sí lo ha hecho Moeve (cuando aún se llamaba Cepsa): la petrolera controlada en un 61,5% por el fondo soberano de Abu Dabi -Mubadala- y en un 38,5% por el fondo de inversión estadounidense The Carlyle Group quiere ser cada vez más verde, incluso dejando parte de su negocio principal. De hecho, ha vendido sus activos de upstream en Abu Dabi, Colombia y Perú en 14 meses.
En paralelo, Repsol continúa avanzando en la apuesta por la industria y la descarbonización, pue fue “la primera compañía de oil&gas en comprometerse para ser neutra en carbono en 2050”, como ha recordado Imaz en más de una ocasión. Otro ejemplo de ello se puede ver en el negocio de combustibles renovables (a partir de residuos orgánicos, como el aceite de cocina usado o residuos agroalimentarios), que ha impulsado con la compra del 40% de tres plantas de Bunge y con el comienzo de su producción a gran escala en sus instalaciones de Cartagena el pasado abril, tras invertir 250 millones. Esta última planta se ha convertido en la primera de la Península Ibérica dedida en exclusiva a la producción de combustibles 100% renovables, con una capacidad de 250.000 toneladas anuales, y puede producir tanto diésel renovable (comercialmente llamado Diésel Nexa 100% renovable) como combustibles sostenibles de aviación (denominados SAF, por sus siglas en inglés). Recientemente, la compañía multienergética ha anunciado que ya ha alcanzado las 600 estaciones de servicio con combustible 100% renovable en la Península Ibérica, que era el objetivo marcado para final de año, y ahora la siguiente meta es llegar a 1.500 estaciones en 2025.