Repsol ha vivido una jornada algo aciaga en la bolsa la mayor parte de la sesión de este jueves 25, con un descenso casi tres veces superior al del Ibex 35 en algunos momentos, pero todo ha cambiado en la recta final: la cotización ha descendido sólo un 0,03%, mucho menos que el selectivo español (-0,40%) y que algunas compañías del sector petrolero -por ejemplo, Shell (-0,21%), Eni (-0,12%) y Exxon Mobil (-0,45%); aunque lejos de las subidas que han tenido otras -Equinor (+2,2%), Galp (+1,3%) o TotalEnergies (+0,22%)-. Por tanto, no se puede concluir que los resultados del primer trimestre de la compañía multienergética hayan sido castigados por los inversores, a pesar de que no han sido buenos: ha reducido beneficio neto y el resultado bruto de explotación (ebitda) por la caída del precio del gas y el impuestazo.... y encima, ha elevado la deuda.
Repsol, que tiene como presidente no ejecutivo a Antonio Brufau y como CEO a Josu Jon Imaz, ha visto reducirse su resultado neto un 12,9% entre enero y marzo, debido fundamentalmente a la fuerte caída del precio del gas (-32,4%), pues el precio del barril de Brent (el de petróleo de referencia en Europa) se ha incrementado un 2,5% por las tensiones derivadas de los conflictos en el mar Rojo y entre Israel y Palestina. Por su parte, el resultado ajustado ha caído un 33%, algo menos de lo previsto por el consenso de analistas (-37%), hasta 1.267 millones, con descensos en todos los negocios. En concreto, en Exploración y Producción -upstream en el argot petrolero- ha obtenido 442 millones (-6,8%), por una producción de 590.000 barriles equivalentes de petróleo diarios (-2,9%), pese a la mejor gestión de las cestas de productos; en Industrial ha visto desplomarse su resultado ajustado un 42,8%, a 731 millones, debido a la normalización del índice del margen refino, frente a las cotas inusualmente elevadas de hace un año, y al negocio de química; y en Cliente ha obtenido 156 millones (-10,3%) por menores resultados en Movilidad y GLP (gas licuado de petróleo) que han sido bastantes compensados con los mayores en venta de Electricidad y Gas, Lubricantes y Aviación; seguidos de cifras negativas en Generación baja en carbono (-6 millones) y Corporación y otros (-56 millones). Eso sín en número de clientes le va muy bien, pues ha crecido a más de 2,3 millones en electricidad y tiene 8,3 millones de clientes digitales.
En Exploración y Producción, el resultado ajustado es de 442 millones (-6,8%), por una producción de 590.000 barriles equivalentes de petróleo diarios (-2,9%), pese a la mejor gestión de las cestas de productos; y en Industrial se desploma el resultado un 42,8%, a 731 millones, debido a la normalización del índice del margen refino
Respecto al resultado bruto de explotación (ebitda), tampoco ha habido buenas noticias, porque ha bajado un 20,5%, a 2.143 millones. En esto no sólo ha influido la caída del precio del gas, sino también el famoso impuestazo energético (que grava el 1,2% de las ventas de las compañías energéticas que facturan más de 1.000 millones anuales): en dicho tributo, Repsol pagará unos 335 millones este año, frente a los 450 millones del año anterior: ha abonado ya la mitad (167 millones) el pasado febrero, pero ha incluido el importe total en los resultados del primer trimestre, descontándose del ebitda anual.
En la conferencia con analistas, Imaz se ha mostrado convencido de que dicho impuesto “se va a acabar. Creo que, incluso desde el punto de vista legal, podríamos considerar que no hay margen en 2025 para tener ningún tipo de impuesto temporal”. Asimismo, ha referido que “viendo y escuchando las declaraciones de los representantes políticos” (como, por ejemplo, al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, señalando que había que tener en cuenta las necesidades de inversión en el sector energético e incentivarlas para la transición energética), habría margen para “un marco donde se vaya a priorizar” la inversión sobre el pago de la tasa. Recuerden que dicho impuesto temporal iba a durar sólo dos años, pero se ha prorrogado también a 2024..., algo que las energéticas tragaron porque el Gobierno anunció en los Presupuestos General del Estado que incluiría incentivos a las empresas que invirtieran, pero finalmente estos no han salido adelante y se han prorrogado los de 2023.
La deuda pasa de los 880 millones del primer trimestre de 2023 y los 2.096 millones del cierre del año pasado a 3.901 millones por las inversiones, el dividendo, la recompra de acciones y un incremento temporal del fondo de maniobra
Por su parte, la deuda neta (que incluye arrendamientos) se elevado... y esto no es para aplaudir. En concreto, ha pasado de los 880 millones del primer trimestre de 2023 y los 2.096 millones en los que cerró el año pasado a 3.901 millones. Los motivos del aumento han sido varios, pero fundamentalmente las inversiones: 2.129 millones, de los que 1.180 millones se han destinado a generación renovable, incluyendo el cierre de la compra de ConnectGen, desarrollador de proyectos renovables en EEUU; la compra del 40% de tres plantas de Bunge para impulsar los combustibles renovables -los cuales ha empezado a producir a gran escala en la planta de Cartagena a principios de abril-; así como la entrada en biogás (también llamado biometano) al adquirir el 40% de Genia Bionergy. Aparte de las inversiones, otros motivos que han aumentado la deuda han sido el incremento temporal del fondo de maniobra, el pago de dividendo (0,14 euros por acción pagados el pasado enero, un 14% más que en el mismo mes de 2023) y la recompra de acciones (el programa empezó el pasado 26 de marzo por un máximo de 35 millones de acciones con el objetivo de amortizar 40 millones). Eso sí, los analistas del Banco Sabadell han señalado que el apalancamiento -deuda financiera neta / (deuda financiera neta + patrimonio neto)- de la compañía ha pasado del 6,7% al 11,5% en un año.
En paralelo, cabe destacar que Imaz no ha vuelto a entrar al trapo en el enfrentamiento con Iberdrola (en el que también ha entrado la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, en apoyo de Ignacio S. Galán), tras haber pedido mesura y tranquilidad. Además, ha anunciado que trabajan para cerrar el primer acuerdo con un socio en renovables en EEUU, otra alianza más que se sumaría a las que tiene en España con Pontegadea en proyectos eólicos y fotovoltaicos.