Francisco Reynés, presidente y CEO de Naturgy, ha referido que el 50 aniversario de Sedigas refleja “la solidez del proyecto del gas y la profunda transformación del sector”. En este último punto y ligado a la descarbonización, ha subrayado que en biometano “España tiene mucho potencial pero está a la cola” y debe “incentivar la inversión y regular cosas que desincentivan la inversión”.
El primer ejecutivo de Naturgy ha recordado el análisis encargado por Sedigas y que apuntaba a que España tiene potencial para cubrir el 45% de la demanda de gas natural con biometano. Sin embargo, “hay que poner la inversión a funcionar y hacer plantas” para producirlo, porque sólo hay 10, frente a las más de 400 operativas que existen en Francia, más de 200 en Alemania y más de 100 en Reino Unido. “Los actores que invertimos necesitamos ser apoyados y también, a veces, necesitamos incentivos”, ha señalado. Al mismo tiempo, que se debe incentivar la inversión, considera que se deben regular cosas que la desincentivan, como: la falta de marcos estables, la inyección a la red, medidas que den un precio adecuado (es decir, fijación de precio), promover su consumo, exigir un tratamiento de residuos e impedir que se cobre por el residuo.
Reynés ha defendido que el proceso de descarbonización se debe hacer sin poner en riesgo la seguridad de suministro y de forma asequible, es decir, hay que tener en cuenta todos los elementos del trilema energético y no sólo uno. En todo esto, al igual que había referido Joan Batalla, presidente de Sedigas, también apuesta por tener en cuenta “la competitividad” y la neutralidad tecnológica. A corto y medio plazo, destacan los gases renovables y sus múltiples ventajas, como que el biogas “es posible almacenarlo estacionalmente” y el biometano se puede usar en las mismas infraestructuras del gas natural sin inversiones adicionales para los clientes. Además, ha subrayado que “el mundo de la energía pasa por compatibilizar electricidad y gas”, por tanto, no sólo por la electrificación.