RWE resplandece, no como su compatriota E.On, pues ha ganado casi tres veces más y ha disparado el resultado bruto de explotación (ebitda) un 179% en el primer semestre. Sin embargo, debe tener cuidado con su deuda neta, que ha crecido notablemente hasta los 5.916 millones de euros, y con el apalancamiento del 30% por las inversiones (estas han ascendido a 9.000 millones por la compra y la puesta en marcha de nuevas plantas).

La energética alemana con sede en Essen está inmersa en impulsar la expansión sostenible y está “construyendo más de 70 proyectos de energía renovable en doce países con una capacidad total de más de 7 gigavatios, más que nunca”, ha destacado su CEO, Markus Krebber. Sin embargo, en el primer semestre, la división que más ebitda ha aportado ha sido la que agrupa la energía generada por gas, biomasa e hidráulica (1.939 millones).

RWE ha obtenido un beneficio neto de 2.632 millones en el primer semestre, casi tres veces superior al de hace un año, y el ebitda se ha disparado un 179%, a 4.540 millones. Por negocios, destaca el de gas, biomasa e hidráulica, que casi ha triplicado su ebitda, aportando 1.939 millones; seguido a gran distancia de: suministro y comercialización (799 millones), eólica marina (762 millones, un 20,5% más), eólica terrestre y solar (519 millones, un 2,7% más) y nuclear (431 millones, un 14% menos por el cierre de la central de Emsland hace casi cuatro meses).