Ryanair ha aterrizado este lunes a la vista de los resultados de su primer trimestre fiscal (abril a junio)... y ha culpado al retraso en las entregas de aviones de Boeing. El beneficio neto se ha hundido un 46%, pasando de 663 millones de euros a 360 millones, y ojo, porque ha avisado de que prevé tarifas más bajas para este verano, algo que ha provocado un descenso del 1,29% de su cotización en el inicio de la sesión y aún mayor, curiosamente, en la del holding aéreo IAG (-3,2%) y en la del gestor aeroportuario AENA (-1,8%). Eso sí, a poco más de media hora del cierre, las tornas eran bien distintas: la cotización de Ryanair mostraba un desplome del 16%, frente al de IAG (-3,89%) y el de AENA (-1,68%).
El grupo aéreo, que es dueño de la aerolínea low cost irlandesa líder de Europa que le da nombre, así como de las low cost Lauda, Malta Air y la polaca Buzz, tampoco ha tenido una buena evolución en ingresos, los cuales han descendido un 1%, a 3.630 millones, debido a que la tarifa promedio bajó de 49,07 euros a 41,93 euros, más de lo previsto, aunque el mayor número de pasajeros (55,5 millones, un 10% más) ha evitado un desplome mayor en los ingresos. Eso sí, ha registrado una leve disminución en el factor de ocupación (-1%, al 94%). Además, ha afrontado mayores costes operativos, que se han incrementado un 11%, alcanzando los 3.260 millones. Unos resultados que suponen un cierto ‘aterrizaje’... y más después de ‘haber volado’ en los resultados de su último ejercicio fiscal (abril de 2023 a marzo de 2024).
Ryanair también se ha quejado del control de tráfico aéreo europeo, que le ocasionó “múltiples retrasos y cancelaciones de vuelos, especialmente en los vuelos matutinos de la primera oleada”, ha explicado el CEO, Michael O’Leary. Y por ello, considera “más urgente que nunca que la nueva Comisión Europea y el Parlamento lleven a cabo una reforma largamente postergada de los servicios de control del tráfico aéreo de Europa, que son desesperadamente ineficientes”.
El grupo aéreo espera una fuerte demanda para verano, aunque las tarifas serán “sustancialmente más bajas que las del verano pasado” porque “los precios siguen siendo más bajos de lo que esperábamos”. Resulta un tanto curioso que quien apuesta por el 'low cost' advierta precisamente sobre los bajos precios
El grupo aéreo espera una fuerte demanda para verano, aunque las tarifas serán “sustancialmente más bajas que las del verano pasado” porque “los precios siguen siendo más bajos de lo que esperábamos”. Resulta un tanto curioso que quien apuesta por el low cost advierta precisamente sobre los bajos precios. Eso sí, ha subrayado que “el resultado final del primer semestre (abril a septiembre) depende totalmente de las reservas y de los rendimientos de agosto y septiembre”. Además, pese a los “múltiples” retrasos en las entregas de aviones de Boeing, ha presumido de que este verano operan el “mayor programa” de su historia, con más de 200 nuevas rutas,... para ofrecer “el mayor crecimiento posible de las tarifas reducidas en el año fiscal 2025”.
Y por cierto, el hecho de que el hundimiento del beneficio en su primer trimestre y el aviso de tarifas más bajas puede tener menos efecto en la cotización, que en otras compañías del sector aéreo, puede deberse al programa de recompra de acciones por valor de 700 millones iniciado en mayo y que ya se ha completado en más de un 50%. Además, ha anunciado un dividendo complementario de 0,178 euros que se pagará el próximo septiembre.