Ryanair baja un 3% en bolsa este lunes, al avisar que no cumplirá su objetivo de alcanzar 185 millones de viajeros en su presente ejercicio fiscal (el cual terminará en marzo de 2024). Todo ello, a pesar del fuerte despegue que ha tenido en su primer trimestre fiscal (abril-junio).

La aerolínea low cost irlandesa ha explicado que la rebaja de previsión de tráfico se debe a los retrasos en la entrega de aviones por parte de Boeing en la primavera y otoño. Un anuncio y una reacción en bolsa que han enturbiado el hecho de que haya cuadruplicado su beneficio neto entre abril y junio y haya disparado sus ingresos un 40%, gracias a más viajeros transportados y la subida de precios, pues los costes se mantienen en crecimiento.

Habrá mayores precios en la 'low cost' sí o sí, pues los costes operativos han continuado creciendo (+23%, hasta 2.940 millones entre abril y junio), principalmente por el combustible, el personal, y las tarifas de la operaciones de control de tráfico

Ryanair ha logrado un beneficio neto de 663 millones de euros, cuatro veces más que en el mismo periodo de su anterior ejercicio, cuando tuvo que afrontar los primeros impactos de la guerra de Ucrania. En esto ha contribuido no sólo el fuerte aumento de su actividad, sino también la Semana Santa y las festividades por la coronación del rey Carlos III en Reino Unido el pasado mayo. Así el número de pasajeros subió un 11,4%, a 50,4 millones; y la ocupación ascendió al 95%.

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Por su parte, los ingresos se han disparado un 40%, a 3.650 millones, entre abril y junio. Claro que hay que tener en cuenta que la tarifa media se ha encarecido un 42%, a 49 euros, y los ingresos auxiliares (por ejemplo, la prioridad de embarque y el consumo a bordo) se han incrementado un 4%. De cara al resto del ejercicio, Ryanair prevé una subida de precios menor a la registrada entre abril y junio, y que rondará el 10%. Pero habrá mayores precios sí o sí, pues los costes operativos han continuado creciendo (+23%, hasta 2.940 millones entre abril y junio), principalmente por el combustible, el personal, y las tarifas de la operaciones de control de tráfico.

Michael O’Leary, CEO de Ryanair, ha señalado que el retraso en los aviones Boeing, la volatilidad del precio del combustible y el riesgo de una caída del consumo en invierno (por la subida de los tipos hipotecarios y la inflación) les impide realizar previsiones económicas para la segunda mitad del ejercicio. Eso sí, es algo optimista respecto a cierta mejora del beneficio, a pesar de que es muy probable que no tengan tantos viajeros como esperaban.