Ryanair ha volado en su último año fiscal (abril de 2023 a marzo de 2024) tanto en ingresos como en beneficios. Eso sí, tras subir precios y endurecer su política de equipaje cobrando más al que no se ajusta a las medidas.
El grupo que es propietario de la aerolínea low cost irlandesa que le da nombre (además de las low cost Lauda, Malta Air y la polaca Buzz), el cual está dirigido por Michael O’Leary, se ha quedado sin premio bursátil, pues su cotización desciende un 0,66%, a pesar de anunciar más dividendo (abonó uno intermedio de 0,175 euros por acción el pasado febrero y se prevé que el final será de 0,178 euros y se pague el próximo septiembre) y una recompra de acciones por 700 millones. Se ve que a los inversores les preocupa más cómo afecta la crisis de Boeing, porque este verano tendrá 23 aviones menos de los previstos debido a los retrasos en las entregas por parte del gigante aeronáutico estadounidense... y no olviden que el verano es la temporada estrella de las empresas relacionadas con los viajes y el turismo.
Para el presente año fiscal prevé transportar entre 198 y 200 de pasajeros, lo que dependerá de que Boeing cumpla con el calendario de entregas
Ryanair ha aumentado sus ingresos un 25%, a 13.440 millones de euros, tras subir precios (un 21% el precio medio del billete) y cobrar más por equipaje que no cumpla las medidas, y gracias al récord en el segundo semestre debido a la Semana Santa, según ha destacado O’Leary. Asimismo, ha influido el hecho de que mantiene el liderazgo en transporte de pasajeros tanto en España como en el resto de Europa, después de haber registrado 183,7 millones de viajeros (+9%), a pesar de que el ingreso por pasajero ha crecido un 15% y le ha servido para ayudar a compensar los mayores costes.
En concreto, los gastos operativos han subido un 24%, 11.380 millones, principalmente por los mayores costes de combustible, el incremento de los gastos de personal y los derivados de los retrasos en las entregas de Boeing. Por su parte, el beneficio neto se ha disparado un 34%, hasta 1.917 millones, cumpliendo el rango previsto (entre 1.850 y 1.950 millones) hace unos meses cuando después de la reunión entre O’Leary y Pedro Sánchez rebajara las estimaciones de su ejercicio. Además, prevé que en el presente año fiscal transportará entre 198 y 200 de pasajeros, lo que dependerá de que Boeing cumpla con el calendario de entregas; y aunque ha advertido de que la capacidad en vuelos de media distancia dentro de la Unión Europea es limitada, la demanda es positiva para verano... y las tarifas subirán menos de lo previsto.
Eso sí, a pesar de tener el liderazgo en España y el resto de Europa, continúa sin facilitar las cosas a los pasajeros. Además del cumplimiento estricto de las medidas del equipaje -y en caso contrario, pagar-, como ha referido recientemente el Daily Mail, Ryanair exige llevar impresa la tarjeta de embarque y no en el móvil... y se ofrecen a imprimirla pagando a cambio, por supuesto, según informa Las Provincias.