Si echamos un vistazo a la cotización de la gran banca española vemos que, salvo cambios muy bruscos el 30 y el 31, todas cerrarán el año bursátil en positivo aunque, eso sí, con notables diferencias entre ellas.
De hecho, la brecha mayor se da entre el Sabadell y el BBVA, actualmente pendiente del dictamen de la CNMC sobre su OPA al Sabadell. El caso es que el banco que preside Josep Oliu se ha disparado un 61,65% (desde los 1,15 euros de enero hasta los 1,86 del pasado viernes), y el que preside Carlos Torres sólo se ha revalorizado un 11,25% (de los 8,43 a los 9,38 euros).
Tras el Sabadell, la entidad que más ha subido ha sido Unicaja: un 38,68%, desde los 0,91 euros por título (enero) hasta los 1,26 en los que cerró el viernes. Le sigue Caixabank con una revalorización del 34,93% (sus acciones han pasado de 3,83 a 5,17 euros), Bankinter, que ha subido un 25,26%, hasta los 7,48 euros por título frente a los 5,97 euros de enero, y el Santander, con un 13,53% de revalorización, hasta los 4,37 euros por acción, frente a los 3,85 euros de enero.
En otras palabras, salvo Santander y BBVA, las dos entidades más internacionales, el resto de entidades se han revalorizado más de un 25%, un porcentaje más que atractivo para invertir, aunque mucho nos tememos que no será suficiente ni siquiera para frenar la huida de los inversores del sector bancario.