Pedro Sánchez centró su primera intervención del Debate del Estado de la Nación en la inflación, que lo está haciendo pasar muy mal a millones de españoles, incluido un tal Pedro Sánchez. Al inquilino de La Moncloa le cuesta llegar a fin de mes.
Pero tranquilos, porque el presidente tiene el remedio para paliar la escalada de precios: subir los impuestos. Es la cuadratura del círculo, porque lo cierto es que hará justo lo contrario de lo que hay que hacer, que no es otra cosa que bajar los impuestos.
Sánchez insiste en aumentar los ingresos en lugar de reducir los gastos, pero subir los impuestos provoca un aumento de los precios. De hecho, para suavizar la factura de la luz, el gobierno redujo el IVA del 21 al 10%. Ahora, Sánchez anuncia más impuestos a las energéticas y los bancos, con el objetivo de lograr el mismo resultado. Imposible.
Para luchar contra la inflación lo primero que hay que hacer es bajar los impuestos. Es de primero de carrera, pero eso no entra en los planes de la coalición, cuya máxima consiste en subvencionar hasta el infinito y más allá.
Hablamos de bonificar al cien por cien los abonos de Cercanías y trenes de media distancia operados por Renfe. Viajar en estos transportes será gratis durante cuatro meses, desde el 1 de septiembre al 31 de diciembre. Otra: una beca extraordinaria de 100 euros mensuales para estudiantes mayores de 16 años, también durante los últimos cuatro meses del año.
Y más dinero de los contribuyentes para construir viviendas públicas en la Operación Campamento (Madrid), aunque primero el Gobierno tendrá que desbloquear una situación paralizada desde hace 17 años, tal y como ha recordado la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
En resumen: Sánchez va camino de superar a Zapatero en cuestión económica y eso son palabras mayores… y un reto mayúsculo.