Los carburantes han bajado esta semana ligeramente entre 3 y 5 céntimos, tras varias subidas consecutivas, aunque no hay que lanzar las campanas al vuelo, porque el barril de Brent cotiza muy cerca de los 120 dólares. Mientras España sigue sin actuar, lo ha fiado al Consejo Europeo de estos días, y no tomará medidas hasta el 29. Sin embargo, debería aprender hasta de Boris Johnson: rebaja el impuesto sobre carburantes y la carga fiscal de los trabajadores... ante la alta inflación.

Reino Unido ha experimentado un aumento del índice de precios al consumidor al 6,2% desde principios de año, un nivel que no veía desde hace 30 años, según su oficina nacional de Estadística. Al hilo de esto conviene recordar que en España la inflación está en el 7,6%, su nivel más alto desde 1986, según los últimos datos, pero la economía va bien para el desastre ‘San-Viño’, y siguen sin acometer ninguna medida para abaratar luz, gas y carburantes. Y ojo, porque volviendo al país de Johnson, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR) ha recortado la previsión del PIB para este año del 6% al 3,8% por el impacto de la guerra en Ucrania.

Recortará en cerca de 7.200 millones la carga fiscal de los trabajadores al elevar el umbral para empezar a cotizar de su sistema de Seguridad Social (National Insurance)

Ante escenario, el ministro de Economía británico, Rishi Sunak, ha anunciado que “por segunda vez en 20 años se reducirá el impuesto sobre el combustible. No en uno, ni siquiera en dos, sino en cinco peniques por litro” y que se trata de su mayor recorte, lo que tendrá un impacto de unos 2.878 millones de euros que dejarán de entrar en las arcas públicas británicas. Se une así a una larga lista de países europeos (Polonia, Francia, Alemania, Rumanía, Suecia, Irlanda, Portugal e Italia) que han adoptado medidas ante la subida de la gasolina y el diésel por el encarecimiento del petróleo, pero de la que España aún no forma parte, tristemente. Es más, nuestro país abrió la puerta a una rebaja, pero luego rectificó y ahora sólo ha ofrecido una bonificación de 500 millones en carburantes (que se traduce en unos cuatro céntimos por litro) a los transportistas, que llevan 11 días de paro sin ser recibidos por el Gobierno y que piden, en lugar de una bonificación, un descuento directo en el precio (del cual el 50% son impuestos -en concreto IVA e Impuesto Especial sobre Hidrocarburos).

Paralelamente, Reino Unido ha anunciado que suprimirá el IVA del 5% de los productos vinculados a la eficiencia energética (paneles solares, aislamientos, bombas de calor...). Además, también recortará en cerca de 7.200 millones la carga fiscal de los trabajadores al elevar el umbral para empezar a cotizar de su sistema de Seguridad Social (National Insurance) y promete rebajar el impuesto sobre la renta a las más bajas del 20% al 19% para 2024.