Pedro Sánchez y su apreciado, caro y contaminante Falcon pueden estar tranquilos. Y es que la propuesta de Sumar, que desde hace casi dos meses también respalda el PSOE en el acuerdo conjunto, de eliminar vuelos cortos a favor del tren no sirve de nada para reducir emisiones de CO2.
Así lo refiere un informe del Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España (COIAE) sobre el impacto de la supresión de vuelos cortos con alternativa de tren en 2022. Y es que concluye que la eliminación de dichos vuelos a favor de trayectos ferroviarios de hasta tres y cuatro horas (la propuesta de Sumar, ahora también respaldada por el PSOE, hablaba de viajes de una hora) no resultaría eficiente pues conllevaría una reducción de emisiones de CO2 de la aviación comercial en España del 0,68% y del 1,07%, respectivamente. Por tanto, la reducción de emisiones sería residual, como ya ha ido advirtiendo la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que ha acogido positivamente el informe de los ingenieros aeronáuticos.
Los ingenieros aeronáuticos españoles señalan que eliminar vuelos a favor de trayectos ferroviarios de hasta tres y cuatro horas no resultaría eficiente pues sólo conllevaría una reducción de emisiones de CO2 de la aviación comercial en España del 0,68% y del 1,07%, respectivamente
“La sostenibilidad es un reto global y complejo que no admite soluciones simples y locales”, ha señalado Javier Gándara, presidente de ALA. Asimismo, ha recordado que ya se ha dado un trasvase natural del avión al tren, pues este último tiene cuotas del 80-90% frente al 20-10% del avión en tramos cortos. También ha subrayado que “frente a prohibir o reducir debe apostarse por aquellas medidas que sí descarbonizan y que son positivas para la generación de riqueza y empleo”, como una intermodalidad real y efectiva conectando los principales aeropuertos con los trenes de alta velocidad y el impulso del desarrollo y el uso del combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés). Y para este último, es necesario que el Gobierno lo incentive y así pueda escalar su producción y reducir la brecha de precio frente al combustible convencional.
Paralelamente, este informe se conoce en plena oleada de compras de aviones de las aerolíneas ante la alta demanda. Por ejemplo, recientemente, la low cost británica easyJet ha confirmado un pedido de 157 aviones a Airbus, valorados en más de 17.000 millones de euros. Con este nuevo encargo, el gigante aeronáutico europeo ha recibido encargos para más de 5.600 aviones A321neo de más de 100 clientes y más de 18.000 pedidos del A320neo de 140 clientes. Por su parte, su principal rival, el gigante aeronáutico estadounidense Boeing ha recibido el encargo de 100 unidades del 737 MAX por parte de Grupo Lufthansa, lo que supone el primer pedido de aviones de pasillo único del grupo aéreo alemán en casi 30 años y que servirá para ampliar y diversificar su flota de corto y medio radio, y avanzar en su objetivo de ser grupo neutro en emisiones para 2050.