Pedro Sánchez se puede apodar como el gafe. En esta ocasión, en relación al tren de alta velocidad. Y es que tras inaugurar el tramo entre Plasencia y Cáceres, en Extremadura, los trenes ya llevan retrasos y averías. Ojo, este jueves, el presidente del Gobierno, junto al rey Felipe VI, al que llama Señor, ha inaugurado la línea de alta velocidad Madrid-Burgos. ¡Más vale estar preparados!
Sánchez ha referido que “Burgos está llamada a jugar un papel crucial en el despliegue de la alta velocidad en España”, añadiendo que “se convierte hoy en la puerta imprescindible para llevar, por fin, una de las redes ferroviarias más punteras del mundo al País Vasco; y de ahí, a la frontera con Francia”. ¡Qué bonito! Habrá qué preguntarle por qué se hará dando bastante rodeo (el AVE sala de Madrid, pasa por Segovia, Valladolid, Venta de Baños -un municipio de Palencia- y Burgos) y no siguiendo un trayecto paralelo al de la carretera nacional I, que va más o menos en línea recta desde la capital. Seguramente por la gran inversión que habría supuesto los túneles para que el AVE atravesará la compleja orografía de la sierra de Somosierra.
Sánchez hasta se ha permitido hacerse el gracioso con el Rey, recordándole que tenía 24 años cuando se inauguró la primera línea de alta velocidad en nuestro país (el AVE Madrid-Sevilla)
Sánchez ha reafirmado la apuesta del Gobierno por el despliegue de la alta velocidad para afianzar el liderazgo mundial de España en el modelo de movilidad sostenible y “contribuir de forma decisiva a reducir nuestra dependencia de energías fósiles contaminantes”. No pierde la ocasión de presumir y de hablar de sostenibilidad... y hasta se ha permitido hacerse el gracioso con el Rey, recordándole que tenía 24 años cuando se inauguró la primera línea de alta velocidad en nuestro país (el AVE Madrid-Sevilla).
Y por cierto, una anécdota: la estación de Burgos lleva el nombre de Rosa Manzano, la burgalesa socialista que fue directora general de Tráfico desde 1987 y hasta su muerte en un accidente de helicóptero el 30 de junio de 1988 en la sierra de La Cabrera (Madrid) por la densa niebla. Sus hijos han señalado que “por fin se hace justicia con el apellido de nuestra madre”, expresando su alegría porque Adif, 12 años después de inaugurar la estación de tren, corrija su error y denomine a la infraestructura con el nombre con que se conocía su madre, como informa Diario de Burgos. En un primer momento la denominó Rosa de Lima (como la santa peruana), puesto que la fallecida se llamaba Rosa de Lima Manzano.
Eso sí, el presidente del Gobierno no paga por los fallos: Renfe ha cesado al gerente de producción de la línea Madrid-Extremadura por los problemas que está teniendo en los primeros días de circulación (averías y numerosos retrasos). Esto no refleja precisamente alta velocidad... y no hay que olvidar que los trenes no son AVE y circulan a una media de 89 kilómetros por hora. De nuevo, los extremeños son los que sufren las consecuencias y Sánchez sólo se acuerda de ellos para ir a hacerse fotos (y algunas, por cierto, han tenido bastante eco, así como sus palabras).