Amazon no quiere emular a Google, que tendrá que pagar una multa en Europa de 2.400 millones de euros, y está negociando con Bruselas, que investiga a la compañía por abuso de posición dominante. La compañía de Jeff Bezos está acusada, concretamente, de favorecer sus ofertas o las de los vendedores que son clientes suyos, frente a las del resto de anunciantes. La sanción podría superar los 3.800 millones de dólares, algo más de 3.300 millones de euros. Y lo que más teme la compañía: Europa podría obligarla a modificar su modelo comercial.
En cualquier caso, si la Comisión Europea quiere realmente poner coto a los monopolios de los gigantes de internet, debería seguir el ejemplo de EEUU. En otras palabras, en lugar de multar, y ante la imposibilidad de crear otro Google o Amazon para hacerles la competencia, debería obligar a trocear las empresas. Porque, ¿qué suponen 3.300 millones de euros para una empresa que en 2020 ingresó casi 250.000 millones de dólares y ganó más de 21.300 millones?
Las autoridades norteamericanas obligaron, por ejemplo, a trocear Standard Oil, la petrolera fundada por los Rockefeller, y los negocios de la teleco AT&T. Además, en aquel país, las empresas productoras de contenidos audiovisuales no pueden ser, al mismo tiempo, emisoras de los mismos.