El Santander ya es propietario del 99,2% de Santander México y desaparece de la Bolsa mexicana. 

La primera en la frente: ¿cómo es posible que a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) le agrade que la bolsa mexicana se empequeñezca aún más? Pues porque aún le agrada más que el Santander se comprometa más, hasta el 100 por 100, en México

¿Y cómo es posible que a Ana Botín el guste poner dinero en un país inestable? Por dos razones:

1.Porque piensa que México es más estable de lo que parece con López Obrador y que éste no va a forzar la Constitución para repetir mandato. Al menos, eso parece.

2.También, porque tiene claro que lo mejor es cotizar en un sólo mercado y porque ella no se va de un país con 110 millones de habitantes y con márgenes superiores a los de España. 

Además, así, el 100 por 100 del dividendo del Santander México será para la matriz Santander. Contento AMLO y contenta AB.

Curiosamente, la noticia se produce apenas días después de que Ignacio Galán se fuera de México, semiexpulsado por López Obrador, aunque con una buena indemnización: 5.500 millones de euros por su producción de gas en el pais azteca. La cifra es buena por lo que, aunque AMLO presuma de nacionalización, lo cierto es que no hay nacionalización mala si está bien remunerada.

En cualquier caso, todo esto no llega por casualidad. Ana Botín aprendió de su padre que a los políticos hay que conocerles, y ayudarles, si es posible, antes de que lleguen al poder, no cuando ya han llegado.

Si hay un empresario que conoce bien a AMLO, un personaje obsesionado contra España, esa es Ana Botín. AMLO es un curioso fenómeno de izquierdista capitalista, que se ha echado en manos del capitalismo de Estado chino y del capitalismo financiero de Estados Unidos. Para ello, no le ha importado que la violencia se dispare en México, ni que la mafia del narcotráfico reine en muchas zonas. 

Ha tratado de nacionalizar la energía pero no le importa que la banca esté controlada por extranjeros. Es indigenista pero, al mismo tiempo, conservador y partidario de la estabilidad a toda costa

Ha dejado tirados a los inmigrantes. Es más, ha llevado a cabo una política anti-inmigración y ha abandonado a las víctimas del narcotráfico y del crimen organizado. Una joya. México es cada día más violento, cada día más injusto pero no por ello despreciará López Obrador la inversión extranjera ni los métodos del capitalismo financiero de Wall Street. 

Se considera a sí mismo la reencarnación de Porfirio Elías Calles, aquel dictador mexicano que mantuvo la estabilidad institucional en México durante 30 años. Otra joya porque era un masón ateo que puso los cimientos para los que vinieron después, sobre todo Plutarco Elías Calles, que perpetraron la persecución de los cristeros, esto es, la mayor matanza de cristianos -sólo en competencia con la que perpetraron en España los socialistas y comunistas de la II República- de todo el siglo XX.

Porfirio ama el progreso, Plutarco Elías alaba el progreso, Andrés Manuel López Obrador ama el progreso... y Ana Botín ha sabido entender al nuevo Porfirio y ha decidido jugar a órdago. 

Pero cuidado, oficialmente AMLO no ha dicho que no vaya a forzar la Constitución para renovar en el poder. No vaya a ser que...  

Además, recuerden que AMLO ha sido contagiado de indigenismo por su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, una majadera defensora de los caníbales aztecas y de que España debe ser destruida. 

Cuidado, doña Ana.