A la gran empresa española se le han abierto los ojos ante la barbaridad trans y ha reducido su apoyo al lobby gay. Han descubierto que lo uno llevaba a lo otro y han decidido parar.

La razón por la que la gran empresa abandona el lobby gay ha sido la la barbaridad trans. Por ahí no tragan. Todo el mundo ha podido comprobar que durante la semana-mes del reciente orgullo gay, las sedes centrales de los tres grandes bancos, (Santander, BBVA y Caixabank, esta menos con menor intensidad que los otros dos), han dejado de ser un escaparate permanente de la bandera arco iris, y que el dinero dedicado a patrocinar al lobby gay se ha reducido en este año 2023. Y es que una cosa es no discriminar al colectivo homosexual o incluso cantar las excelencias de la elección de sexo y otra cosa bien distinta es la mutilación de niños o la locura jurídica que conlleva la libre elección de sexo y el llamado autoapercibimiento. Había que pararlo: "Lo otro era una bomba de relojería. Hay que normalizar esta situación". 

La verdad es que toda la gran empresa española ha decidido marcar distancia con estos excesos. Así, han reducido el presupuesto destinado al lobby gay, sobre todo, cuando han caído en la cuenta de que lo uno llevaba a lo otro y de que no había solución de continuidad entre la petición de los derechos de los homosexuales y los experimentos trans, que es algo más visible y más palpable. En cualquier caso, sea como fuere, ha empezado un movimiento para "normalizar la situación". Y ha empezado con el orgullo gay de este año 2023. Por los tres grandes bancos, sí, pero, es toda la gran empresa española la que ha mitigado, que no anulado, su apoyo pecuniario al lobby gay.