En Hispanidad advertimos que la separación de Orona y Ulma de la Corporación Mondragón, haría que el grupo fundado por el sacerdote Jose María Arizmendiarrieta se enfrentara a su supervivencia. A la salida de dos buques insignia se le sumaba la cada vez más difícil financiación de la cooperativa, que parece condenada a caer en manos de un fondo e ir perdiendo cada vez más capital en propiedad de los cooperativistas. 

Relacionado

Y parece que Mondragón puede arrepentirse de haber dejado marchar a Ulma, que ha logrado en 2023 un récord de ventas al superar por primera vez los 1.140 millones de facturación, lo que supone un 9%, además, destacan que el 73% del negocio procede de mercados exteriores. 

Ya son dos años desde que Ulma abandonó Mondragón, y las cosas le van bien a Ulma, tal y como explicó el director general, Iñaki Gabilondo, han contratado a más de 200 personas este año y el beneficio bruto de explotación (ebitda) alcanzó los 224,7 millones, un incremento del 22%. El resultado neto registrado fue de 106,8 millones.

Para más dolores de cabeza de Mondragón, ya no es sólo que a Ulma le vayan bien las cosas, sino que Eroski, que normalmente les salva las cuentas, ha pinchado en el primer trimestre. El grupo de distribución vasco presentó muy buenos resultados al cierre de 2023, pero 2024 se les ha atragantado.

Relacionado

Eroski ganó 9,5 millones en su primer trimestre, un 57,35% menos que hace un año, y lo justifican por las campañas de rebajas de precios, una estrategia que aplican desde finales de 2021 para contener los precios por la inflación, lo que hace que se hayan reducido su margen sobre ventas.  

Aunque la consejera delegada, Rosa Carabel, se muestra orgullosa por "aliviar el bolsillo de las familias" y optimista ya que considera que los resultados permitirán repetir el beneficio bruto de explotación (ebitda) conseguido en 2023, algo "extraordinario para la compañía". 

De momento, el ebitda cae en el primer trimestre un 4,4%, llegando a los 109 millones de euros, aunque las ventas crecieron un 3,1% registrando una facturación bruta de 1.364 millones, casi todo se debe a la alimentación que creció un 4,4% y supone 1.300 millones. Los supermercados, entre propios y franquiciados, aportaron el 70,2% de las ventas. Otros 190 millones, cerca del 14% del total, procedió de los hipermercados.

Por su lado, a deuda financiera neta del grupo alcanzaba los 809 millones, 2,5 veces el ebitda.