El sector químico español no es baladí por las cifras que supone dentro de la industria y de las que las últimas se han conocido este miércoles. En 2022 logró una facturación récord de 89.866 millones de euros, un 16,3% superior a la del año anterior, pero más por la subida de precios (+18,6%, frente al +14,8% del año anterior) que por volumen. “No hemos crecido de la forma que nos gustaría (más en volumen que en precio)”, ha señalado Teresa Rasero, presidenta de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) y CEO de Air Liquide, pues han tenido que repercutir parte de los altos costes energéticos. Por ello, han pedido más medidas que abaraten la energía, especialmente el gas, porque son su segundo consumidor en España y no sólo lo utilizan como energía sino también como materia prima en algunos productos.
Este sector es el primer exportador de la economía española y el primer inversor en I+D+i dentro de la industria, pero sólo vio crecer su producción un 0,9% en 2022, frente al aumento del 5,9% que tuvo el año anterior y aún sin poder superar el nivel preCovid de 2019 (+1,4%). Esto se debió a los precios disparados de la luz y del gas, que fueron un 51% y nueve veces superiores a los de 2021, respectivamente, y que acabaron provocando paradas intermitentes, algo que afectó sobre todo a la química básica. Dicho subsector es el que tiene mayor gasto eléctrico y tiene que ver con la siderurgia, los minerales, el cemento, etc., según ha explicado Juan Antonio Labat, director general de Feique), aporta el 43% de la producción, pero tuvo un desplome del 11,2% el año pasado, algo que no sucedió ni con la crisis de 2008 ni con la crisis del Covid; mientras que el de la química de la salud y el de la química de consumo directo (productos de limpieza y perfumería) elevaron su producción un 10% y un 6%, respectivamente.
El sector químico ha continuado generando bastante empleo: la cifra de los directos ha crecido un 12,1%, a 234.200 personas, y sumando los indirectos y los inducidos ha alcanzado las 796.280, lo que representa el 4.6% de la población activa de nuestro país
Eso sí, el sector químico, que agrupa a 3.102 empresas, ha continuado generando bastante empleo: la cifra de los directos ha crecido un 12,1%, a 234.200 personas, y sumando los indirectos y los inducidos ha alcanzado las 796.280, lo que representa el 4.6% de la población activa de nuestro país. Se trata de empleos estables (el 92% tienen contratos indefinidos), bien remunerados (el salario medio es de 39.159 euros al año) y con alta cualificación, que sigue aumentando gracias a las inversiones anuales en formación.
Rasero ha señalado que están “esperanzados ante la reforma del mercado mayorista (pool) de electricidad, aunque la propuesta de la Comisión Europea nos parece insuficiente”. Entre sus propuestas, ha insistido en la apuesta por establecer precios regulados y a plazo para la energía nuclear e hidráulica, así como para el conjunto de renovables del régimen RECORE (renovables, cogeneración y residuos). También en que los derechos de emisión de CO2 han tenido un precio medio superior a los 90 euros por tonelada en marzo, el cual incrementa en 40 euros por megavatio hora el precio del pool cada vez que entra en casación una central emisora y por ello Rasero ha pedido que se opte por “excluir temporalmente a los ciclos combinados del pago de derechos de emisión”.
“Europa nunca ha apostado por la industria y la ha ido desplazando de sus objetivos climáticos”, ha referido Labat, mientras Rasero ha incidido en que estamos “en un punto de inflexión, ante la oportunidad de reindustrializar”
Claro que el sector químico también necesita más ayudas, en especial las destinadas a abaratar la energía. Al hilo de esto, a Feique le gusta el modelo adoptado en Portugal, donde se han dado 1.000 millones, frente a los 450 millones de España, y también descuentos y las ayudas se han dado a las comercializadoras. También han referido la tarifa ARENH (Acceso Regulado a la Energía Nuclear Histórica) de Francia, la cual permite que su industria haya disfrutado de un precio energético de unos 42 euros/MWh; o los 30.000 millones que ha destinado Alemania para financiar a sus industrias acordando que las comercializadoras mantuvieran precios.
Junto a la reforma del pool en Europa, desde Feique también se pide, entre otros aspectos: un marco regulatorio previsible y una financiación más ágil en el Green Deal Industrial Plan (con el que se busca contrarrestar la ley IRA de EEUU), un apoyo al desarrollo del autoconsumo industrial, un desarrollo de los gases renovables, así como impulsar el tema de la captura, el almacenamiento y el uso del CO2 (que servirá para reducir emisiones y para sustituir combustibles fósiles), agilizar procedimientos técnicos y administrativos, y potenciar la explotación de materias primas y minerales críticos. “Europa nunca ha apostado por la industria y la ha ido desplazando de sus objetivos climáticos”, ha referido Labat, mientras Rasero ha incidido en que estamos “en un punto de inflexión, ante la oportunidad de reindustrializar”.