Podríamos estar hablando del CIS de Tezanos y el resto de sondeos electorales privados, pero en este caso se trata de Ipsos para el Banco de España, por un lado, y de GAD3, para Denaria, por otro.

Vayamos por partes, como diría Jack ‘el destripador’. Según el Banco de España (BdE), con datos del sondeo realizado por Ipsos y publicado el viernes, el 59% de los españoles utiliza el efectivo como medio principal de pago. Sin embargo, según la encuesta de GAD3 para la plataforma Denaria, ese porcentaje es de sólo el 33%. Para llegar a sus conclusiones, Ipsos realizó, en total, 6.627 entrevistas personales, mientras que GAD3 realizó 1.001.

Otro tanto sucede con el uso de tarjetas de crédito o débito. Según el BdE, es el pago principal para el 30% de los españoles, mientras que para Denaria es la forma habitual de pago para el 57% de la población.

¿Quién tiene razón? Da lo mismo, porque lo realmente preocupante es que el uso de efectivo se reduce en ambos casos: si nos atenemos a su utilización diaria, ha caído del 65% (en 2023) al actual 57%; según Denaria, el efectivo como medio de pago más utilizado ha pasado del 37% al 33% en el último año.

Lo más preocupante es que el uso de billetes sigue reduciéndose. ¡Ah! y el 22% de la población utilizaría el euro digital… aunque el BCE todavía desconoce cómo va a implantarlo

Ojo al dato: el efectivo sigue aceptándose en la práctica totalidad del pequeño comercio y hostelería, según el BdE. ¿Cómo que en la práctica totalidad? ¡Debería ser en el 100 por 100! Además, el efectivo es el único método de pago que nunca falla y, sobre todo, el único que permite preservar la privacidad del usuario. ¿Se imaginan ir de compras con un señor al lado apuntando todo lo que gastamos, para luego venderle esos datos a un desconocido? Eso es lo que sucede cuando pagamos con tarjeta o con el móvil.

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En esta línea se mueve el euro digital, el proyecto del BCE que ya conocen el 25% de los españoles, según el BdE. En 2023 sólo era el 20%. Pues bien, el 22% de los ciudadanos, sobre todo jóvenes, asegura que utilizaría el euro digital como medio de pago complementario. Menos mal que ni siquiera el BCE tiene claro cómo implantarlo, porque será, sin duda, el primer paso para la eliminación total del efectivo y, lo que es peor, para el control total de los ciudadanos.

¡Viva el efectivo!