Christine Lagarde sabe que no puede demorar mucho más la subida de tipos en la eurozona, más aún después de que su homólogo norteamericano, Jerome Powell, anunciara el miércoles el final de los estímulos y diera a entender que habrá tres subidas de tipos de interés durante 2022. Para más inri, el Banco de Inglaterra ha anunciado este jueves por sorpresa que subirá los tipos, del 0,15 al 0,25% con el fin de contener la inflación, que en noviembre repuntó hasta el 5,1%, el nivel más alto en diez años.
La presidente del BCE ha tomado buena nota y este jueves ha anunciado que reducirá la compra de bonos a partir de marzo. La cuantía es importante: de los 60.000 millones actuales -del plan especial por la pandemia- a los 40.000 millones del plan convencional, que se reducirán hasta 20.000 millones a partir de octubre. La primera subida de tipos dependerá de la reacción de la economía a la retirada de estímulos, aunque el BCE no prevé que se produzca hasta 2023.
Lo cierto es que Lagarde no ve claro el futuro. “El crecimiento se está moderando”, ha afirmado durante la rueda de prensa, “pero esperamos que la actividad se recupere con fuerza en el transcurso el próximo año”, ha asegurado para luego enumerar los riesgos -energía, variante Ómicron, escasez de chips, etc.- que afectarán negativamente a la economía durante el próximo año.
Su visión poco tiene que ver con la de la vicepresidenta Económica del Gobierno, Nadia Calviño, que insiste por activa y por pasiva que vamos fenomenal y que la recuperación de la economía española está siendo "fuerte y sólida" en 2021 y lo mismo será, o más, durante 2022.
Sea como fuere, el mensaje de Lagarde ha enfriado la sesión bursátil que, tras el anuncio de la FED, comenzó la sesión con subidas del Ibex próximas al 2% que se han ido reduciendo hasta cerrar con un alza del 1,27%.