Menos mal que la subida de tipos por parte de la FED aupó el margen de intereses de JP Morgan un 19%, hasta los 15.128 millones de dólares (unos 15.053 millones de euros), porque lo cierto es que el semestre no fue todo lo bueno que se esperaba y JP Morgan redujo el beneficio un 35,5% respecto a junio de 2021 y no superaron los 16.931 millones de dólares (en euros, 16.847 millones).
El banco que dirige Jamie Dimon registró un semestre gris: suspendió la recompra de acciones, provisionó 1.100 millones de dólares para cubrir futuros impagos y tuvo que reforzar capital tras los test de estrés de junio.
La evolución de Morgan Stanley no fue mejor y ganó 6.161 millones de dólares hasta junio, un 19,3% menos que en 2021, tras registrar una caída de los ingresos del 8,3%, hasta los 27.933 millones.
Aunque no es del todo correcto comparar a los mayores bancos de inversión del mundo y la Reserva Federal con los bancos españoles y el BCE, los resultados presentados el jueves por JP Morgan y Morgan Stanley sí nos muestran que la subida de tipos no lo es todo y que los resultados de las entidades tienen una elevada dependencia de la situación macroeconómica. Al banco minorista Wells Fargo tampoco le fue bien y ganó un 38% menos hasta junio.
Hablamos de una inflación desatada, de la guerra de Ucrania, de la crisis energética y, más internamente, de la caída de la confianza del consumidor norteamericano.