"Largas colas y gente esperando en la puerta", puede leerse en las crónicas de la nueva apertura del gigante chino. Se trata de una ‘pop up store’, es decir, es una tienda temporal que estará abierta hasta el domingo 5, de unos 300 metros cuadrados en Madrid, y busca "ofrecer una experiencia de compra física a sus clientes".
Shein es una cadena de ropa low-cost de origen chino, fundada en 2008 por Chris Xu en la ciudad de Nankín, en 2012 Xu, registró el dominio sheinside.com, el primer nombre de la tienda, She Inside. Cuando en 2015 empezó su expansión internacional, el nombre fue cambiado por Shein.
Y poco más se sabe de la hermética empresa china, no hay direcciones o número de teléfono para contactar, su origen es un misterio, al igual que su estructura financiera y su sistema de producción. Shein hace gala de no tener tiendas físicas, solo sus tiendas temporales que usa como escaparates publicitarios en las principales ciudades. La compañía opera en más de 150 países, con centros de operaciones en Singapur, China y Estados Unidos.
Si bien sus ganancias están aún lejos de gigantes como H&M o Zara, los expertos no dudan en catalogarla como la principal rival de la compañía gallega. Sus números han ido en aumento, de 3.000 millones de dólares de beneficio en 2019 a 10.000 millones en 2020, y unos 16.000 millones de euros en 2021.
Pero, ¿qué ofrece esta misteriosa tienda china para provocar cola y conseguir estos datos? Mucha ropa low cost, extremadamente barata, a mitad de precio que las prendas equivalentes en Zara.
Sus baratos precios levantan también sospechas sobre la manera de producción de la empresa china, y a esto se le suma otras polémicas. Ya ha sido denunciada en varias ocasiones por copiar diseños, por vulneración de la propiedad intelectual de diferentes firmas, sus conocidos como "clones" arrasan en innumerables vídeos en Youtube: "Los clones de Zara que Shein vende más baratos" o "Zara VS Shein", son uno de los reclamos más utilizados. Además de otros vídeos conocidos como: "Lo que pedí VS lo que recibí", donde los creadores de contenido de la plataforma analizan la foto de lo que se podía ver en web, es decir, lo que pidienron, con lo que luego llegó a casa, que en muchas ocasiones en completamente diferente, con cambios de tejido, tallas, patronajes distintos y, a veces, olores nada agradables.
Shein es cosciente de estos vídeos y polémicas, y no duda en emprender una campaña de lavado de imagen, en la que sus tiendas llegan a las principales capitales para acercar sus prendas al público, dotar a la empresa del factor humano y, de paso, que a todos se nos olvide que en España, además de colas, poco más crean. En su campaña para mejorar su imagen, la compañía china no solo abre tiendas, sino que creó su línea de ropa de alta galla, o como ellos dicen "ropa premium sin pagar el precio premium", se llama MOTF, lo publicitan como ropa de calidad.
Y más, informa El Confidencial, Shein factura su negocio en España a través de la sociedad irlandesa Infinity Styles Ecommerce, que tiene su sede en Dublín y que, según la documentación remitida al Registro Mercantil irlandés, depende a su vez de Roadget Business, una sociedad domiciliada en Singapur, otro territorio de baja tributación.