Shell no sufre en bolsa este jueves, pese al desplome de beneficio e ingresos que ha tenido hasta septiembre: su cotización sube más de un 4%. ¿Los motivos? Ha anunciado dividendo trimestral y recompra de acciones por unos 3.292 millones de euros.
La petrolera anglo-neerlandesa ha notado en sus cifras los menores precios del crudo y del gas natural, respecto a los que había hace un año. Igual que otras muchas compañías de su sector, como la española Repsol, la francesa TotalEnergies, la italiana Eni, la noruega Equinor, la británica BP y las estadounidenses ExxonMobil y Chevron, con la excepción de la portuguesa Galp.
Shell ha tenido un beneficio neto de 17.762 millones de euros, lo que supone un desplome del 40,8%. Los ingresos han bajado un 15%, a 223.721 millones, debido, principalmente, a los fuertes descensos en: química y producción (83.220 millones, un 20,2% menos), gas (25.588 millones, un 33,6% menos), marketing (77.521 millones, un 10,6% menos) y upstream -exploración y producción de petróleo- (4.902 millones, un 3,6% menos). Estos descensos no han podido ser compensados con el crecimiento de la división de soluciones energéticas y renovables, que ha ingresado 32.461 millones, un 13% más.
Por su parte, los gastos y costes de producción han crecido, pese al menor importe de las compras realizadas. También ha tenido que asumir unos cargos extraordinarios por deterioros, agotamiento y amortización por 18.874 millones, superiores a los de hace un año (11.352 millones). Eso sí, la deuda neta se ha reducido, pasando de 45.464 millones a 38.060 millones.
En relación a la cotización del barril de Brent (de referencia en Europa), actualmente está en torno a los 85,51 dólares, por debajo de la cifra de días atrás, tras el inicio del conflicto entre Israel y Hamás, por lo que resiste. Y los expertos de la consultora energética Tempos Energía creen que oscilará entre 85 y 95 dólares.