Siemens Energy ha tenido unas pérdidas netas de 240 millones de euros en su primer trimestre fiscal (octubre a diciembre), frente a las ganancias de 99 millones de hace un año, por culpa de Siemens Gamesa (desde que los alemanes tomaron el control va de mal en peor). Sin embargo, Christian Bruch, presidente y CEO de la división energética del gigante industrial alemán, ha señalado que seguirá apoyando los esfuerzos de recuperación” del fabricante de aerogeneradores. Y esto, lógicamente, ha sido aplaudido por el mercado: la cotización de Siemens Gamesa ha subido más de un 5%, aunque al final ha relajado el alza al 3,8% al cierre de la sesión.
Recuerden que Siemens Energy se escindió de Siemens y salió al parqué a finales de septiembre de 2020, y es la que controla el 67,071% del fabricante de aerogeneradores. Bruch ha referido que su último profit warning (anuncio de reducción de los resultados previstos) fue “un revés y una decepción para todos los accionistas”. Pero esto no hará que dejé de apoyarle y lo seguirá haciendo “incluso en un entorno de mercado difícil”. Recuerden que Siemens Gamesa ha perdido 627 millones entre octubre y diciembre, por las disrupciones en la cadena de suministro y los problemas en su negocio de eólica terrestre fundamentalmente. Esto le ha llevado a poner a la venta parques eólicos y Siemens Energy no descarta una opa para excluirle de bolsa, aunque Bruch ha descartado hablar de esto en la conferencia con analistas, según Reuters, y ya ha tomado medidas: ha cambiado al CEO (Jochen Eickholt relevará a Andreas Nauen el 1 de marzo). Además, se ha nomrado a Karim Amin, nuevo miembro de la Junta Directiva de Siemens Energy, para cubrir la vacante de Eckholt.
Siemens Energy, que también rebajó sus previsiones hace unas semanas, no ha podido tener un buen resultado neto ni un buen beneficio antes de intereses, impuestos y amortización (Ebita) ajustado, pese al buen desempeño del negocio de Gas y Electricidad, por culpa de Siemens Gamesa. A las pérdidas netas de 240 millones, se suma un Ebita ajustado negativo de 57 millones, frente al positivo de 243 millones logrado hace un año. Por su parte, los ingresos se han situado en 6.000 millones (-11,4%) por los efectos temporales en la ejecución de grandes proyectos y las limitaciones de la cadena de suministro. Eso sí, la entrada de pedidos ha ascendido a 8.300 millones (+10,1%) y el flujo de caja libre antes de impuestos, aunque sigue en terreno negativo, ha mejorado, pasando de -388 millones a -69 millones gracias a Gas y Electricidad.