Siemens Energy prosigue con su chantaje y su caradura, como ahora se ha reflejado en su Día del Inversor. Y es que ha anunciado ajustes de costes de 400 millones de euros, pero no ha aclarado si habrá despidos y cierres. Algo que no ha gustado a los inversores: la cotización cae más de un 7% y acumula una depreciación del 54% en los últimos seis meses.
Desde la Federación de Industria, Construcción y Agro (FICA) del sindicato UGT se ha mostrado su “total desacuerdo con el oscurantismo con el que actúa la compañía” porque “habla de planes definidos para solucionar los problemas pero no informa de cuándo va a reanudar la actividad comercial para que la estructura de Siemens Gamesa pueda continuar”. Es más, advierte de que “en caso de que no existan ventas de aerogeneradores en un periodo corto de tiempo tanto la estructura corporativa como el tejido industrial, los proveedores y el área de operación y mantenimiento van a ver penalizada su actividad”.
UGT FICA afirma que la división energética de Siemens les ha dejado “aún más preocupados con la presentación que han realizado a los mercados ya que esta parece orientada a la venta de todo el tejido industrial, salvo la planta de Ágreda (Soria)”. En relación al ajuste de costes, entienden que “están pensando en una reestructuración que todavía no han anunciado”. Asimismo, el sindicato subraya queestá en contacto con varios ministerios y Presidencia del Gobierno para facilitar ayudas, con el objetivo de mantener el tejido industrial en España, el área corporativa de I+D+I, así como la unidad de operación y mantenimiento, para garantizar el empleo directo de 5.000 trabajadores (de los 25.000 que tiene en total en todo el mundo) y el indirecto de los proveedores (3.000 a nivel mundial, entre ellos 700 vascos).
Siemens Energy ha perdido 4.588 millones en su último ejercicio, prevé perder 2.000 millones de euros en su presente ejercicio fiscal y volver a rentabilidad en el de 2026. Para ello su presidente y CEO, Christian Bruch, presume de un “plan claro”: centrarse en eólica terrestre ligada a “la existencia de normativas y políticas favorables” (entre ellas el paquete eólico de la UE) y solucionando los problemas de calidad, adecuar su capacidad a las ventas con la revisión de la estrategia de fabricación interna o compras a proveedores estratégicos; y aumentar la capacidad de producción en eólica marina para satisfacer la demanda de clientes y ejecutar la cartera de pedidos. También continuará con las desinversiones, con las que espera ingresar unos 3.000 millones, según ha recordado María Ferraro, su directora financiera.
La división energética del gigante industrial alemán confía en generar valor a los accionistas a través de tres prioridades: lograr un crecimiento rentable, estabilizar el negocio eólico y mantener una base financiera sólida. Por ello quiere aprovechar las tendencias del mercado energético para seguir creciendo de forma rentable en las áreas de Gas Services, Grid Technologies y Transformation of Industry, pues “estamos logrando resultados consistentes e impresionantes en el 70% de nuestros negocios”, o sea, en la mayoría excepto en Gamesa.