Siemens Gamesa sube en bolsa un 5,07%, siendo la segunda mayor del Ibex este jueves. Es decir, el mercado aplaude con entusiasmo tanto el gran contrato de eólica terrestre logrado en Finlandia (455 megavatios -MW-) como que el pago total de los consejeros haya vuelto al nivel de 2019.
El fabricante de aerogeneradores -antes español y ahora alemán (el 67% es propiedad de Siemens Energy, compañía dedicada a energía que se escindió de Siemens el año pasado y de la que este gigante industrial aún controla un 35,1%)- ha destinado 3,621 millones de euros a remuneraciones de los consejeros en el ejercicio fiscal 2021 (octubre 2020 a septiembre 2021), en el cual redujo sus pérdidas casi un 32%, hasta 627 millones, elevó ventas y cumplió objetivos. Un total de remuneraciones que ha sido muy inferior al de 5,869 millones que abonó el pasado ejercicio, pese a tener unas pérdidas históricas de 918 millones, sobre todo, por la partida de 3,205 millones que se llevó Markus Tacke al marcharse en concepto de indemnización por cese, por cláusula de no competencia durante un año y por falta de preaviso por parte de la compañía.
Nauen ha advertido que el sector eólico no puede ajustar más los costes (inflación de las materias primas), así que para poder hacer inversiones tecnológicas tendrán que trasladar dicho incremento a los clientes
Así, las remuneraciones se han situado en un nivel similar a las del ejercicio 2019, cuando ascendieron a 3,498 millones. Eso sí, hay que destacar que tanto el presidente de Siemens Gamesa, Miguel Ángel López, como el CEO, Andreas Nauen, han cobrado más… y en el segundo caso es bastante más lógico porque en 2020 se incorporó el 17 de junio y el ejercicio fiscal 2021 ha sido su primero completo. En concreto, López ha recibido 366.000 euros en metálico, frente a los 295.000 de hace un año: 250.000 en remuneración fija, 114.000 en dietas y 2.000 en primas de seguro de vida. Por su parte, Nauen ha cobrado 1,929 millones, frente a los 783.000 del ejercicio 2020: 1,075 millones en metálico (731.000 euros en sueldo, 246.000 en variable a corto plazo y 98.000 en otros conceptos -que son 2.000 en primas de seguro de vida, 14.000 en seguro de salud y accidentes, 67.000 en alquiler de vivienda y 15.000 en vehículo-), a los que se suman 687.000 en acciones y 167.000 aportados a su sistema de ahorro (el cual ya acumula 215.000 euros).
Siemens Gamesa opera nueve plantas donde trabajan 1.200 personas y tiene una plantilla de 4.700 trabajadores en total en nuestro país. El contrato de Finlandia dará carga de trabajo a varias fábricas
No hay que olvidar que López ha destacado en más de una ocasión “el compromiso con España”, pese a “decisiones difíciles pero inevitables”, como los cierres de las plantas de Aoiz (Navarra), Somozas (La Coruña) y Cuenca, dejando unos 500 despidos. Asimismo, López se atrevió a pedir que se eleve el peso de la industria al 18% del PIB en España, a pesar de dichos cierres y despidos en la compañía que preside, que actualmente opera nueve plantas donde trabajan 1.200 personas y tiene una plantilla de 4.700 trabajadores en total en nuestro país. Ahora, ha logrado un gran contrato en Finlandia (su segundo proyecto en ese país nórdico) gracias a que la compañía sueca OX2 le ha adjudicado el suministro de 69 aerogeneradores y el mantenimiento durante 35 años y parece que hay buenas noticias para algunas de sus plantas en España, según informa El periódico de la energía: los nacelles (elementos que se sitúan en la parte superior de la torre y sobre los que giran las palas) se ensamblarán en Ágreda (Soria); las multiplicadoras se harán en Asteasu (Guipúzcoa), Lerma (Burgos) y Burgos capital; y los componentes eléctricos se realizarán en Reinosa (Cantabria), San Fernando de Henares (Madrid) y Benisanó (Valencia).
Paralelamente, en una entrevista para Reuters, Nauen ha advertido que el sector eólico no puede ajustar más los costes y que con los márgenes actuales se quedarán sin recursos financieros para inversiones tecnológicas que permitan turbinas más eficientes y con mayor capacidad de generación. Y es que los fabricantes de aerogeneradores mundiales están afrontando una inflación de los costes de las materias primas (uno de los aspectos de la crisis de carestía) y ya están preparados para trasladar ese aumento de los costes a sus clientes.