Siemens Gamesa se hunde un 11% en bolsa al anunciar un nuevo profit warning (el último de unos cuantos lo lanzó el pasado julio). Y es que tras el tropiezo que ha tenido en su primer trimestre fiscal (octubre a diciembre) y del que ha dado a conocer resultados preliminares, ha rebajado las previsiones para el conjunto del ejercicio (caída de ingresos de entre un 2% y un 9%, y del margen Ebit de hasta el 4%) y estudia vender parques eólicos en promoción para lograr un impacto positivo en las cifras.
Al fabricante de aerogeneradores le han pasado factura demasiadas cosas: las disrupciones en la cadena de suministros que ahora se prevé que duré más de lo previsto, el impacto continuado de la pandemia, una inflación de costes superior, la volatilidad de las condiciones de mercado, los retrasos en algunos proyectos y desafíos en el lanzamiento de la plataforma 5.X (incluyendo cambios de diseño). Esta última es la plataforma más potente en eólica terrestre del mundo actualmente en el mercado y precisamente esta semana ha anunciado un acuerdo con Iberdrola para instalar las primeras en España con la previsión de que entren en funcionamiento a principios de 2023. A todos estos aspectos se suman los sobrecostes, así como la actualización de las hipótesis de las condiciones de mercado y de producción de aerogeneradores onshore (eólica terrestre) ha causado un impacto negativo en el beneficio neto de explotación (Ebit) 289 millones de euros entre octubre y diciembre.
La cotización cae ahora un 11%, pero en el último año ya acumula una depreciación del 53% y del 19% en lo que va de 2022
Vayamos con los resultados preliminares que ha anunciado en una conference call. Siemens Gamesa ha tenido unas ventas de 1.800 millones, un Ebit pre PPA y antes de costes de integración y reestructuración negativo de 309 millones, y una deuda financiera neta de 1.100 millones en su primer trimestre fiscal. En este periodo registró una entrada de pedidos por valor de 2.500 millones, incluyendo un proyecto de eólica marina (offshore) en Alemania, y su cartera de pedidos ya asciende a 33.600 millones. Los analistas del Banco Sabadell han señalado que las ventas han sido un 12% inferiores a lo esperado, así como el Ebit ajustado debido a las provisiones y los sobrecostes de la división onshore, y que preveían una reacción negativa en bolsa. En concreto, la cotización ha caído un 11%, pero en el último año acumula una depreciación del 53% y del 19% en lo que va de 2022... parece que ha servido de poco el premio bursátil que recibió cuando presentó los resultados de su último ejercicio.