Siemens recibe castigo bursátil (su cotización cae más de un 5%) este jueves al rebajar previsiones en su negocio digital y después de que su presidente y CEO, Roland Busch, haya advertido que han visto “la normalización de la demanda, particularmente en China y en negocios de ciclo corto”. Y todo ello, a pesar de que ha presentado unos buenos resultados en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal, destacando que ha sextuplicado su beneficio neto.

El gigante industrial alemán ha apostado fuerte por el ‘esquema Villalonga’ (ya saben, el mismo que puso en marcha Juan Villalonga cuando presidía Telefónica, bajo el principio infundado y muy anglosajón de que la suma de las partes vale más que el todo). Hasta ahora, la escisión de sus negocios energéticos -agrupados en Siemens Energy y que incluyen a Gamesa- no le ha ido tan bien como la del negocio de dispositivos médicos (Siemens Healthineers), sobre todo por la crisis del fabricante de aerogeneradores, pero eso no le ha hecho renunciar a la apuesta por dicho esquema, pues anunció que segregará su negocio de motores y sistemas de accionamiento eléctrico. Además, gracias a la escisión de Siemens Energy, el grupo ya no nota la crisis de Gamesa.

Entre octubre y junio, Siemens ha sextuplicado su beneficio neto, pasando de 1.022 millones de euros a 6.231 millones; y el beneficio bruto de explotación (ebitda) se ha disparado un 79%, a 10.584 millones. Por su parte, los ingresos del gigante industrial alemán han crecido un 9,7%, hasta 56.376 millones, y ha recibido pedidos por valor de 70.502 millones (+5%). Por negocios, destacar que el digital ha ingresado 15.952 millones (+15%); el de infraestructuras inteligentes, 14.417 millones (+18%); el de movilidad, 7.671 millones (+10%); y el de tecnología médica, 15.625 millones (-1%).

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Los analistas del Banco Sabadell han señalado que a nivel operativo, el ebita industrial ajustado de Siemens en su tercer trimestre fiscal (abril a junio) se ha quedado por debajo de lo esperado al descender un 4% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, cuando registró ganancias por la desinversión de Yunex. Eso sí, apuntan a que tanto el negocio de infraestructuras inteligentes como el digital evolucionan positivamente por mejor mix, mayor utilización de la capacidad y reducción de costes. Además, han destacado la sorpresa positiva en el flujo de caja libre, que ha superado casi en un 30% lo esperado por el consenso de analistas, situándose en 2.951 millones, sobre todo por los pagos por consecución de objetivos en proyectos de trenes en el negocio de movilidad.

Claro que el mercado (y por tanto, los inversores) ha castigado que se rebajaran las previsiones del negocio digital (los ingresos crecerán entre un 13% y un 15%, frente al rango del 17-20% anterior, y el margen de beneficio baja medio punto), mientras se han mantenido para el resto de divisiones.