Ya saben, hay tres tipos de consejeros: dominicales, independientes y externos. Podrían sumar un cuarto, el de Ejecutivo, pero eso no deja de ser un 'tag' añadido. Sobre todo desde que las normas de buen Gobierno corporativo se volvieron, tan, tan sutiles, que ahora contamos consejeros no ejecutivos pero sí cobrantes, dado el mucho tiempo que los vocales dedican a la empresa.

Independiente es el que representa a la propiedad independiente, es el defensor del pequeño accionista frente al equipo gestor y la propiedad mayoritaria, si la hubiere. Pero claro, como siempre hay quien pretende perpetuarse en el cargo, a los independientes se les pone un límite de 12 años. Pero enseguida se permitió la trampa: se 'inventó' la categoría de externo para permanecer más de 12 años.

Pues bien, Javier de Paz lleva 14 años como consejero de Telefónica y si cumple su actual mandato, y él tiene intención de hacerlo, cerrará en 18 anualidades

Y sí, ni es un consejero ejecutivo pero sí cobrante, porque los vocales deben conocer la empresa... lo que significa que cuando más se comprometen con la empresa, más cobran. De Paz está en consejos filiales y en distintas comisiones. Vamos que no es ejecutivo pero perceptor.

Y naturalmente, se considera a sí mismo como el representante del PSOE en Telefónica. Lo cierto es que era amigo de Zapatero, que no de Sánchez. Pero ahora mismo, su domicilio se ha convertido en el gran centro de recepción de personalidades, al modo de lo que fueron durante la Transición las Lentejas de Mona Jiménez. Ahora bien, aquí se conspira más que con Mona.

Eso sí, por el momento, De Paz no ha conseguido arrebatarle el control ideológico a Miguel Barroso. Ni en Movistar+ ni en Prisa.