Stellantis y Contemporary Amperex Technology Co., Limited (CATL) alargan el cuento chino del coche eléctrico en España. Y es que venden como gran inversión la gigafábrica de baterías que se levantará en Figueruelas (Zaragoza), junto a la planta de producción de vehículos, pero ojo, allí no se harán las baterías para coches eléctricos, sino que se fabricarán en China, y aquí sólo se ensamblarán. Y por supuesto, con ayudas públicas incluidas.

En resumen, el gigante asiático continuará produciendo el corazón de la batería de litio hierro fosfato (LFP) y reteniendo las patentes de la misma, mientras España sólo la montará en el vehículo eléctrico y apretará los tornillos. Por tanto, el proyecto no aporta ningún valor añadido ni tecnología puntera española. Tampoco supondrá dejar de depender de otros países y fortalecer nuestra autonomía estratégica sino depender más de China, pese a la fuerte competencia que ya ejerce en el sector al tener unos costes de fabricación de los coches eléctricos un 30% menores a los de Europa. Y por supuesto, la gigafábrica de baterías no es un ejemplo de reindustrializar nuestro país sino de trabajar para los chinos, abriéndoles aún más nuestro mercado y el del resto de la UE, y encima subvencionarles parte de sus proyectos.

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El fabricante automovilístico, que surgió de la fusión de PSA y de Fiat Chrysler Automobiles en enero de 2021 y tiene su sede en Ámsterdam (Países Bajos), ha presumido de su alianza con CATL. A través de una sociedad conjunta, que controlarán al 50%, construirán la citada planta de baterías en Figueruelas (Zaragoza). Se trata del primer movimiento corporativo de calado que se da tras la renuncia de Carlos Tavares a la silla de CEO, aunque se empezó a fraguar hace más de un año. “Stellantis está comprometida con un futuro descarbonizado, abarcando todas las tecnologías de baterías avanzadas disponibles para llevar productos competitivos de vehículos eléctricos a nuestros clientes”, ha referido John Elkann, su presidente y representante del primer accionista -Exor, el vehículo inversor de la familia italiana Agnelli-, que además es tataranieto de Giovanni Agnelli (quien fundó la empresa automovilística italiana Fiat junto a otros empresarios del Piamonte). “Nuestra tecnología puntera de baterías y nuestros excelentes conocimientos operativos, combinados con las décadas de experiencia de Stellantis en la gestión local de negocios en Zaragoza garantizará un gran éxito en el sector”, ha señalado Robin Zeng, presidente y consejero delegado de CATL. Además, este último ha recalcado que el objetivo de la tecnológica china “hacer accesible la tecnología de carbono cero en todo el mundo” y que ya está trayendo a Europa tecnología punta de fabricación de baterías a través de sus dos plantas de Alemania y Hungría, que ya están operativas. O sea, que el cuento chino no sólo se da en España sino en otros países de la UE.

Stellantis y CATL invertirán 4.100 millones de euros en la citada planta donde se ensamblarán baterías y se prevé que empiece a producir a finales de 2026. Eso sí, no hay que olvidar que el grupo automovilístico también ha recibido ayudas públicas en nuestro país, tras presionar al Gobierno Sánchez para recibirlas... y así levantar la fábrica de baterías en Figueruelas. Por ahora, van 357,8 millones procedentes de los fondos europeos, en concreto de distintas convocatorias del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC) y del PERTE de descarbonización. Claro que, al mismo tiempo, el grupo automovilístico con sede en Ámsterdam (Países Bajos) no ha tenido reparos en lanzar un ERTE en la planta de producción de coches que tiene en Figueruelas (una de las tres que posee en España, junto a las de Vigo y Madrid) y elevar la producción en la fábrica de Kenitra (Marruecos). Hace poco más de un mes, Tavares destacaba que “para Vigo, Madrid y Zaragoza hay buenos planes”, aunque su competencia “está en el sur”, es decir, en: “Marruecos, hoy; quizás muy pronto Argelia, Túnez y Egipto, ahí es donde está la competencia y, por supuesto, Turquía”. 

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Desde la política, por supuesto, se ha aplaudido la alianza entre Stellantis y CATL, que se ha conocido horas después de que el presidente y consejero de la tecnológica china se reuniera con Pedro Sánchez. Esta vez el presidente del Gobierno ha sido menos gafe que hace unas semanas: Tavares renunció como CEO de Stellantis cuando estaba a punto de cumplirse una semana de su reunión con Sánchez. Este último ha destacado en la red social X (antes Twitter) que en la cita en Moncloa, CATL destacó que la apuesta decidida del Gobierno por la transición verde hace de España un destino atractivo para invertir. Horas después, se mostraba muy satisfecho por el anuncio de la alianza y daba las gracias a sus responsables por “su compromiso con España” y por “impulsar un futuro descarbonizado” a través de la colaboración públioco-privada. 

 

Por su parte, el presidente de Aragón, el pepero Jorge Azcón, ha señalado que con la alianza entre Stellantis y CATL se beneficiarán más de 300 empresas de alrededor de la futura fábrica de baterías y algo menos de 35.000 puestos de trabajo (4.500 directos). Para Azcón “la magnitud de las cifras refleja lo que es el sector de la automoción y lo que Aragón y España aportan a Europa siendo el segundo fabricante europeo de coches y el octavo del mundo”, pero debería tener en cuenta que ahora se trata de ensamblar baterías hechas en China. Asimismo, el presidente de Aragón ha destacado que el sector del automóvil está viviendo “más que una transformación una reconversión” por dos motivos: la obligación de transformar la industria de automoción de combustión a una eléctrica y la competencia china por unos costes de fabricación un 30% menores a los europeos. Además, ha referido que la alianza conllevará unas inversiones colaterales de hasta 1.000 millones en plantas de energías renovables

 

Y ojo, no olviden la incoherencia que Stellantis mostró hace casi dos meses: amenazó con cerrar fábricas en Europa por el auge de marcas chinas, mientras pacta con una de ellas. En concreto, con Leapmotor. Y por cierto, esto también servirá para que dicha marca china eluda los aranceles europeos que se han puesto a la importación de coches eléctricos fabricados en el gigante asiático. 

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