Stellantis (dueño de Peugeot, Opel, Citroën, Fiat... hasta un total de 14 marcas) también ha empezado a pisar el freno en coche eléctrico. En su primer ‘Día del Inversor’, su CEO, el portugués Carlos Tavares, ha criticado la discordancia entre lo establecido por los legisladores y el comportamiento de los consumidores, pues las ventas de eléctricos no van bien y se necesitan ayudas públicas para impulsarlas.

El grupo automovilístico surgido de la exitosa fusión entre el francés PSA y el italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles se suma así a la tendencia que están mostrando muchos colegas del sector, como Volkswagen, General Motors y Ford, entre otros. Una realidad que parece no querer ver Mario Ruiz-Tagle, CEO de Iberdrola España, que recientemente ha pedido no discutir más porque “el vehículo será eléctrico”. Sin embargo, en nuestro país, la venta de coches electrificados (100% eléctricos e híbridos enchufables) se ha estancado y la falta de ayudas a la compra directas y eficaces, así como una escasa red de infraestructura de recarga pública, son los principales motivos. De hecho, Wayne Griffiths, presidente de Seat y Cupra, ha dimitido como presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) por la “inacción” del Gobierno y las falsas promesas de Pedro Sánchez.

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Tavares ha cargado contra la discordancia entre lo establecido por los legisladores y el comportamiento de los consumidores, según informa La Tribuna de Automoción. Asimismo, el CEO de Stellantis ha reiterado que no se van a producir baterías para coches eléctricos en lugares donde estos no se compren. Es más, no descarta cancelar más proyectos de electrificación si no hay demanda, tras haber parado los de las gigafactorías de baterías en Alemania e Italia que iba a levantar a través de una sociedad conjunta con la petrolera francesa TotalEnergies y Automotive Cells Company (ACC). Esto supone un aviso para la gigafábrica de baterías que aspira a construir en Figueruelas (Zaragoza)... si recibe ayudas públicas... y ahora también si hay demanda de eléctricos en España. La cosa, por ahora, no pinta bien. 

Stellantis ha defendido que su tecnología multienergía y la flexibilidad de fabricación sobresalientes le permiten ofrecer rentabilidad en una amplia variedad de escenarios de adopción de la electrificación. “Hoy somos una compañía única por naturaleza y un potente fabricante de automóviles por rendimiento, bien equipado para superar los tiempos difíciles y ganar la partida a largo plazo. Nuestra presencia mundial, nuestra potente cartera de marcas y nuestros diversos productos, que van desde cuadriciclos a coches de lujo, nos permiten llegar a una clientela envidiable”, ha destacado Tavares. Por su parte, Carlos Zarlenga, jefe de Operaciones del grupo en Norteamérica, refirió las acciones puestas en marcha este año para recuperar la cuota de mercado, mejorar la dinámica del inventario y capitalizar oportunidades específicas de crecimiento de vehículos de bajas emisiones a medio plazo.

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El freno en el coche eléctrico que están dando varios grupos automovilísticos no es baladí y tampoco se puede obviar la fuerte competencia de China. De hecho, recientemente la Comisión Europea ha aprobado imponer aranceles a los coches eléctricos de fabricantes chinos, una decisión de Ursula von der Leyen que apoya la vicepresidenta ecológica de España y aspirante a comisaria, Teresa Ribera. Sin embargo, esos aranceles no habrán gustado del todo a Tavares, porque Stellantis ha creado una sociedad conjunta con el fabricante chino Leap Motor e iniciarán la venta de sus primeros dos modelos 100% eléctricos fuera de China el próximo septiembre en nueve países europeos (Alemania, Bélgica, España, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Portugal y Rumanía); y además, entre los accionistas de Stellantis está el grupo chino Dongfeng (que próximamente llegará a España de la mano del distribuidor portugués Salvador Caetano con tres marcas -Dongfeng, Voyah y MHero- que empezarán a vender coches desde 77.000 euros).