El economista estadounidense Joseph Eugene Stiglitz y el abogado, economista y expolítico portugués José Manuel Durão Barroso han entrado en la campaña electoral de EEUU, colocándose del lado de Joe Biden, por supuesto, poniendo como excusa la lucha contra el cambio climático. Eso sí, ninguno de los dos renuncia a los combustibles fósiles aún. Asíse ha podido ver durante sus intervenciones en una nueva edición del ciclo de conferencias Energy Prospectives, organizado por Fundación Naturgy e IESE Business School, sobre el tema de cómo en función de cada gobernante o política, varía la forma de afrontar la transición energética.
El Premio Nobel de Economía de 2001 ha subrayado que “el cambio climático es un problema mundial y, mientras que Trump no cree en el multilateralismo, Biden es todo lo contrario”. El que fuera presidente de la Comisión Europea entre 2004 y 2014 ha recordado que EEUU, bajo el mandato de Trump, se salió del Acuerdo de París de 2015: “Si la mayor potencia del mundo no se compromete a luchar contra el cambio climático, sin la implicación de uno de los países que más contamina, no es fácil alcanzar una solución global”. Además, ha añadido que “si el presidente Trump sale elegido, las probabilidades de una guerra comercial global son altísimas. No sólo con China, sino también con Europa”.
El que fuera presidente de la Comisión Europea entre 2004 y 2014 advierte que “si el presidente Trump sale elegido, las probabilidades de una guerra comercial global son altísimas. No sólo con China, sino también con Europa”
En la lucha contra el cambio climático, Stiglitz ha recalcado la importancia del multilateralismo. “Para tener éxito en la agenda climática tenemos que prestar atención al impacto social de las medidas y su eficacia”, ha afirmado Durão Barroso, en alusión a la preocupación por las críticas sociales a dicha agenda porque no todo el mundo quiere asumir dado su coste (ya saben que todo lo verde es caro). “¿Estamos dispuestos a recibir menos ingresos y financiar la acción climática? Hoy en día no vemos el mismo nivel de apoyo y creo que se van a incrementar las acciones de rechazo a las posibles medidas por el coste que implican”, ha añadido. Y por ello, ha propuesto la creación de un “club” entre los más comprometidos (UE, EEUU, Canadá, Reino Unido, Australia o Japón) para incrementar la multilateralidad y crear masa social.
El ex presidente de la Comisión Europeo es optimista sobre la ciencia y ve la tecnología como parte de la solución, y Stiglitz ha referido que “la transición verde implica recurrir a la innovación para solucionar problemas difíciles, como el del almacenamiento”, apostando por una visión más holística que incluya nuevas tecnologías, como las de producción de biometano (en esto debería tomar buena nota Teresa Ribera) o hidrógeno. Por su parte, Durão Barroso ha referido que “China, al igual que los países del Golfo, está empleando combustibles fósiles y, al mismo tiempo, haciendo grandes inversiones en tecnologías verdes, lo que repercute en que el precio de los combustibles fósiles esté cada vez más alto”. Stiglitz se ha mostrado convencido de que “habrá un movimiento continuo para desinvertir en los activos de carbono. En los próximos diez años veremos el principio del final del modelo de combustibles fósiles”, algo que se acordó en la COP28. Mientras Durão Barroso es “más escéptico” y “no porque no crea que debamos actuar, sino porque creo que una cosa es invertir en combustibles fósiles y otra cosa es el precio. Si inviertes menos en gas, es probable que el precio suba”.