Si hay algo que preocupa a las familias es la subida de los precios y en particular la de los alimentos y artículos de primera necesidad (higiene, limpieza, etc).
Por eso, en qué nivel se encuentre la inflación es un indicador claro para las familias. Ayer se supo, por el avance del INE, que la inflación se quedó en enero en el 6%, como recogió Hispanidad. Y otro indicador es lo que digan lo supermercados. Hoy Cinco Días aporta una interesante información en ese sentido.
Y es que los supermercados ya admiten abiertamente la necesidad de incrementar los precios de venta en los lineales, por la presión de costes que vienen sufriendo en los últimos meses, y por la necesidad de salvar los márgenes, ya habitualmente estrechos en este sector.
La sensación es generalizada, empezando por los clientes y acabando en las empresas. “Un margen del 2% no da para muchas alegrías”, se reconoce desde uno de los operadores del sector. “Todos estamos intentando aguantar al máximo para no repercutir subidas o hacerlo en lo mínimo posible, pero de continuar la tendencia alcista será muy difícil aguantar”, se añade, recoge Cinco Días.
“Los proveedores están presentando incremento de precios, que tratamos de minimizar al máximo”, apuntan desde otra importante cadena de distribución. Entre las empresas del sector se miran de reojo para ser muy selectivos con los movimientos. “Solo se están ajustando los precios si lo hace el resto del mercado”, apuntan esas fuentes.
Según los datos del INE, el aceite de oliva escaló un 26,7% en diciembre; la carne de ovino un 21,8% y las pastas un 15,2%
Desde que comenzó la espiral inflacionista generalizada, los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas se han mantenido por debajo del IPC general, aunque también al alza. En octubre, los precios en este apartado crecían un 1,7% anual frente al 5,4% del índice general. En noviembre repuntaron hasta el 3,3%, y el 5,5%, respectivamente. Y en diciembre, esta categoría alcanzaba el 5%. Según los datos del INE, el aceite de oliva escaló un 26,7% en diciembre; la carne de ovino un 21,8% y las pastas un 15,2%, entre las categorías que más han crecido.
Aunque, más allá de las materias primas, lo que más está castigando al sector es la energía. “Es lo que más nos afecta. Somos muy cautivos. Los electrointensivos pueden acompasar los ciclos de producción, pero nosotros no podemos apagar las cámaras. Y la dispersión de los puntos de venta hace más difícil negociar contratos estables”, dice una fuente del sector, afirma Cinco Días.
“Las subidas que se han hecho hasta la fecha están claramente ligadas a causas objetivas: carburantes, energía, o materias primas importadas, como los cereales”, analiza Ignacio García Magarzo, director general de Asedas, patronal que representa al 70% de la superficie comercial del sector y a empresas como Mercadona, Dia o Lidl. “La distribución está haciendo lo que siempre hace: tratar de subir los precios lo menos posible para no perder clientes. Y la competencia está permitiendo que los precios estén subiendo menos y más tarde de lo que indicarían la evolución de las materias primas y energía”, añade, recoge Cinco Días.