Talgo descarrila en su vuelta a cotización, tras la segunda suspensión de cotización en menos de tres meses que dictó la CNMV, ante el rumor de posible OPA del grupo húngaro que tiene detrás al empresario András Tombor. Esa ha sido la reacción al levantarse la suspensión, después de que el fabricante ferroviario español informara al regulador bursátil que el consorcio Ganz-MaVag Europe Zrt. confirma que está manteniendo conversaciones y negociaciones en relación a la posible formulación de una OPA a un precio de 5 euros por acción, pero aún sin alcanzar un acuerdo ni haberse tomado una decisión definitiva al respecto.
La compañía que preside Carlos de Palacio y Oriol y tiene como CEO a Gonzalo Urquijo ha empezado la sesión bursátil de este lunes con una caída del 7%, que después se ha suavizado un poco, hasta el 5,54%, situándose en 4,52 euros. Por tanto, por debajo del precio de la posible OPA, y aún sigue valiendo la mitad que en su debut en el parqué (9,25 euros) el 9 de mayo de 2015, que desde entonces no ha vuelto a recuperar.
En un hecho relevante, Talgo señala que “las conversaciones se están entablando en relación con las financiaciones de la compañía sujetas a cambio de control de cara a la obtención de los correspondientes consentimiento”. Recuerden que está controlada en un 40,033% por la sociedad Pegaso Transportation International (la cual es propiedad en un 63% del fondo Trilantic, que quiere irse de Talgo -donde entró en 2006-; y en un 20,3% de la familia fundadora, la familia Oriol, que está cada vez más desplazada). Tras dicha sociedad, están: la familia Torrente Blasco (5,037%), la aseguradora Santa Lucía (2,86%), la gestora de activos francesa Amundi (2,05%), la gestora del Banco Santander -Santander AM- (1,86%) y el fondo soberano noruego Norges Bank (1%), entre otros.