Talgo se mueve en alta velocidad, a la vista de los buenos resultados del primer trimestre, en plena OPA del grupo húngaro Ganz-Mavag. Y es que los ingresos se han elevado un 31,4%, el resultado bruto de explotación (ebitda) lo ha hecho un 30,5% y ha cuadruplicado el beneficio neto.
Recuerden que cuando presentó los resultados anuales de 2023, el fabricante de trenes, controlado en un 40% por la sociedad Pegaso Transportation International (la cual comparten el fondo Trilantic, la familia Oriol y la familia Abelló), se puso bonito... de cara a la posible OPA de los húngaros, aunque la deuda se disparó un 148%. Ahora no sabemos la evolución de dicha deuda en el primer trimestre, pero con el resto de cifras, Talgo ha desplegado su alfombra roja... y con la OPA húngara ya sobre la mesa desde hace dos meses, admitida a trámite por la CNMV y en estudio por parte de la Secretaría General de Inversiones Exteriores -integrada en la Secretaría de Estado de Comercio que depende del Ministerio de Economía y Comercio-. Dicha Secretaría General tenía de plazo de uno a tres meses para enviar un informe al Consejo de Ministros, que decidirá si aprueba o no la OPA y en caso afirmativo, la CNMV aprobará y publicará el folleto, abriéndose el plazo de aceptación de la misma por parte de los accionistas.
Hasta ahora, el grupo húngaro ha conseguido los avales bancarios que respaldan el 100% de la oferta. Por su parte, el Gobierno Sánchez quiere mantener la “españolidad” de Talgo, porque la considera “empresa estratégica”, como ha subrayado, por ejemplo, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente (en esto más acertado que en los problemas del Cercanías o en sus críticas al presidente argentino, Javier Milei). Por ello, el Gobierno pidió a Criteria Caixa que entrara en Talgo, pero no le entusiasma y no conoce el sector ferroviario por lo que intentaría contar con un socio que tuviera experiencia en el mismo, así que aún no ha dado una respuesta.
Volvamos a los últimos resultados trimestrales de Talgo. Los ingresos se han elevado un 31,4%, a 166,5 millones de euros, gracias a la mayor actividad de fabricación (sobre todo, por los proyectos para los operadores ferroviarios de España, Alemania y Dinamarca) y a los ingresos de los servicios de mantenimiento.
Los últimos resultados presentados por Talgo han gustado a los inversores, pues la cotización sube un 1,25%, a 4,44 euros. Sin embargo, aún se mueve por debajo del precio de la OPA de Ganz-Mavag (5 euros)
Por su parte, el ebitda de la compañía, que preside Carlos de Palacio y Oriol y que tiene como CEO a Gonzalo Urquijo, se ha disparado un 30,5%, a 20,1 millones; y el margen ebitda se ha situado en el 12%, debido a la implementación de un plan industrial que ayuda a mitigar las disrupciones de la cadena de suministro y el impacto de la inflación. Y el beneficio neto se ha multiplicado 4,3 veces, pasando de 2,4 millones a 10,4 millones.
Eso sí, Talgo ha presumido de cartera de pedidos en niveles récord (4.063 millones) y de “oportunidades comerciales relevantes para los próximos años” (por unos 3.528 millones), aunque la mayoría de nuevos pedidos son extensiones de contratos ya existentes. Y ojo, necesita aumentar su capacidad industrial sí o sí, como se ha podido ver en los años de retraso que acumulado para entregar los trenes Avril a Renfe, y esa necesidad ha servido para justificar la presentación de la OPA del grupo húngaro, de la que el Consejo de Administración de Talgo refirió que era “amistosa” y tenía una contraprestación (5 euros por acción) “atractiva para los accionistas”, e incluso los tres consejeros dominicales representantes de Pegaso Transportation International la aceptaron.
Los últimos resultados presentados por Talgo han gustado a los inversores, pues la cotización sube un 1,25%, a 4,44 euros. Sin embargo, aún se mueve por debajo del precio de la OPA de Ganz-Mavag (5 euros). Y recuerden que dicha cotización sigue lejísmos de los 9,25 euros a los que debutó hace nueve años (concretamente lo hizo el 7 de mayo de 2015).