Talgo va enderezando el descarrilamiento de 2022 que le amargó su 80 aniversario, pese a haber tenido que afrontar mayores gastos financieros y un impuesto de sociedades efectivo más alto en el primer trimestre. El beneficio neto ha bajado un 29%, mucho menos que hace un año; el resultado bruto de explotación (ebitda) ajustado ha subido a 15,4 millones de euros y la creciente fabricación ha elevado los ingresos a 126,7 millones de euros.
El fabricante ferroviario, que preside Carlos de Palacio y Oriol y tiene a Gonzalo Urquijo como CEO, ha presentado cifras muy inferiores a las de CAF (fabricante de trenes y autobuses vasco que saca tajada de su elevada diversificación). Su beneficio neto sólo ha bajado un 29,4% hasta marzo, a 2,4 millones, frente a los 3,4 millones de hace un año (cifra que fue un 47% menor a la del mismo periodo de 2021). El ebitda ajustado ha pasado de 12,6 millones a 15,4 millones, y el margen ebitda ha crecido del 10,7% al 12%, a pesar de que la cadena de suministro y la inflación continúan siendo el principal reto de la actividad de fabricación.
El ebitda ajustado ha pasado de 12,6 millones a 15,4 millones, y el margen ebitda ha crecido del 10,7% al 12%
Por su parte, los ingresos han crecido un 7%, a 126,7 millones, y además es un 8,38% superior a la del cuarto trimestre de 2022. Esto refleja la creciente actividad de fabricación, principalmente por los contratos en Alemania, Egipto, Dinamarca, y la producción de cabezas motrices para Renfe. Asimismo, ha firmado nuevos pedidos por 464 millones con la compañía danesa DSB y en Egipto que aún están pendientes de ciertas condiciones previas y aprobaciones, pero que si se tienen en cuenta, elevan la cartera de pedidos pendiente a más de 3.000 millones y garantiza la visibilidad industrial para los próximos años.
La cadena de suministro y la inflación son el principal reto que afronta Talgo, pero mantiene previsiones anuales y dará más remuneración a los accionistas que en 2022: implementará un programa de dividendo flexible (scrip dividend) y de recompra de acciones por 12 millones, un 20% más que el año anterior. Este aumento del dividendo se debe seguramente a la presión de los accionistas, entre ellos hay un fondo de inversión, algo que pasa en otras muchas compañías españolas (entre ellas, Naturgy). Recuerden que en Talgo, el principal accionista es Pegaso Transportation International, que controla un 40,033% del capital, sociedad que está controlada en un 63% por el fondo Trilantic Capital y en un 20,3% por la familia Oriol.
Paralelamente, cabe referir que hace unos días, Talgo ha recibido el premio ‘Empresa del Año 2023’, concedido por la Federación de Cámaras Oficiales de Comercio de España en Europa, África, Asia y Oceanía (FEDECOM). Claro que aunque ha mejorado algo en bolsa, sigue sin recuperar el terreno perdido desde su debut el 9 de mayo de 2015: su cotización acumula una depreciación del 66%, al haber pasado de 9,25 euros a 3,14 euros. Eso sí, en el último año ya sólo ha perdido un 14,91% y un 6,8% desde el pasado enero, lejos del 45% que presentaba entre enero y noviembre de 2022.