A Talgo se le ha amargado la celebración de su 80 cumpleaños (que conmemoró el pasado 28 de octubre) a la vista de los resultados de los nueve primeros meses. Y es que el beneficio neto se ha hundido un 57%, al tiempo que ha bajado el resultado bruto de explotación (ebitda) y los ingresos.
El fabricante de trenes que preside Carlos de Palacio Oriol y tiene como CEO a Gonzalo Urquijo no ha recibido tampoco aplauso bursátil, pues su cotización baja este viernes un 2%, a 2,94 euros. De esta forma, sigue sin recuperar el terreno perdido desde su debut en el parqué en mayo de 2015: acumula una depreciación del 68% desde entonces y del 45% sólo en lo que va de año. Todo esto no favorece a los accionistas y entre los principales están: con un 35,016% la sociedad Pegaso Transportation International -controlada en un 63% el fondo Trilantic Capital y por la familia Oriol en un 20,3%-, y en segundo lugar, la aseguradora Santa Lucía (4,912%).
Sigue sin recuperar el terreno perdido desde su debut en el parqué en mayo de 2015: acumula una depreciación del 68% desde entonces y del 45% sólo en lo que va de año
Volvamos a los resultados hasta septiembre, que se han visto afectados por la inflación (tanto en precios de materias primas y materiales, como de costes laborales y logísticos) y problemas en la cadena de suministro que han retrasado la ejecución de proyectos. Talgo ha ganado 9,1 millones de euros, un 57% menos que hace un año. El Ebitda ha bajado de 49,8 millones a 38,5 millones, y el margen Ebitda ha pasado del 11,7% al 10,9%. Por su parte, los ingresos han descendido un 17,5%, a 352,2 millones, frente a los 427 millones obtenidos hace un año, pero han empezado a mostrar una positiva recuperación en el tercer trimestre según los analistas del Banco Sabadell, por un aumento de la actividad industrial. Además, los proyectos internacionales suponen el 70% de sus ingresos, destacando que los que tiene con los operadores de ferrocarriles de Alemania (Deutsche Bahn), Dinamarca (DSB) y Egipto (ENR) son los principales contribuidores de ingresos.
El fabricante de trenes controlado por el fondo Trilantic y la familia Oriol tiene una cartera de pedidos de 2.771 millones, de los que el 69% procede de mantenimiento y el 25% a fabricación. Por tanto, tiene un elevado nivel de actividad industrial hasta 2025 y los proyectos de mantenimiento incluyen cláusulas de indexación a la inflación y negocia con proveedores en busca de acuerdos a largo plazo. Además, ha confirmado sus previsiones anuales, que rebajó cuando dio a conocer las cifras del primer semestre.
Eso sí, el lío con Renfe continúa. El retraso en la entrega de los trenes de alta velocidad Avril por parte de Talgo al operador ferroviario público español no sólo ha llevado a que se culparan el uno al otro, sino que Renfe le reclama 116 millones. Asimismo, el retraso en la entrega de estos pedidos no sólo está afectando al AVE Madrid-Galicia, sino al AVE Madrid-Sevilla, concretamente al lanzamiento de su servicio de bajo coste (Avlo) en Andalucía, según La Razón. Talgo ha informado que los trenes Avril ya están en fase de pruebas y el Gobierno espera que su homologación llegue en el primer trimestre de 2023, según la secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera. Al mismo tiempo, Renfe ha reclamado a Talgo que haga una “revisión adicional” a un tren Alvia que realizó el servicio Madrid-Badajoz y que el pasado jueves por una incidencia técnica tuvo un retraso de unos 50 minutos.