Como sucede en el sector bancario, el de las telecos se ha convertido en un negocio de escala. Y curiosamente, de manera análoga a lo que le sucede a las entidades financieras con el BCE y los tipos de interés, las operadoras tienen el freno de Competencia, que no duda en poner trabas a las uniones entre compañías en aras de una competencia mal entendida y que, a este paso, se va convertir en la tumba del sector.
Pero como nadie quiere hundirse del todo, Telefónica, Orange y Vodafone han comenzado a achicar agua y han anunciado que enviarán a sus casas a 3.500 empleados durante los próximos meses (Telefónica, 2.700; Orange, 400 y Vodafone, otros 409). Una sangría que, no obstante, será insuficiente si la CNMC no modifica su visión de la competencia.
Porque la guerra actual de tarifas, en la que el low cost se lleva la medalla de oro, no es sostenible. De nada sirve captar miles de clientes cada mes si su ARPU (ingreso medio por usuario) es mínimo o nulo. Así, los ingresos de Telefónica España solo subieron un 0,4% en septiembre, mientras los de Orange cayeron un 4,9% durante los primeros nueve meses del año. Vodafone, por su parte, logró aumentarlos un 2,1% en su primer semestre fiscal, pero fue gracias a la venta de terminales.
¿Cómo es posible que en Europa existan 200 operadoras mientras que en EEUU solo hay 4 ó 5 y en China 2 ó 3? La situación debe cambiar cuanto antes, pero Bruselas aún no ha tomado ninguna decisión definitiva
En este contexto y con el 5G a las puertas, las compañías necesitan realizar elevadísimas inversiones para seguir vivas, unas inversiones que no podrán hacer si fían su futuro únicamente al low cost. Solución: unir fuerzas y ganar tamaño, es decir, fusionarse. ¿Cómo es posible que en Europa existan 200 operadoras mientras que en EEUU solo hay 4 ó 5 y en China 2 ó 3? La situación debe cambiar cuanto antes, pero Bruselas aún no ha tomado ninguna decisión definitiva.
Se entiende que las telecos hayan comenzado a moverse y se hayan disparado los rumores de una fusión Vodafone-Orange en España, o la unión de alguna de ellas con MásMóvil, la teleco de los fondos. Cualquiera de las combinaciones contaría con la colaboración de Telefónica, la única que no puede participar por ser el incumbente. Ahora bien, cualquier movimiento debe contar con la bendición de la CNMC, condición, de momento, poco probable. Fusionarse o morir, esa es la cuestión.