El ministro José Luis Escrivá tiene varios problemas. Uno es que le han asignado un ministerio sin apenas relevancia aunque el título parezca lo contrario: Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública. Si a esto le unimos el hecho de la incontinencia verbal que, al parecer, sufre el ministro, tenemos como resultado lo sucedido hace sólo unos días cuando, preguntado sobre la posibilidad de un segundo consejero de la Sepi en Telefónica, respondió: “Se verá en su momento”, como si el asunto sólo dependiera de Moncloa y como si el Gobierno ya lo estaba analizando.
Pues bien, tras la designación de Carlos Ocaña como consejero dominical de Telefónica, la Sepi, que depende de Hacienda, es decir, de María Jesús Montero (Marisu), no tiene planeado nombrar un segundo vocal, al menos en el corto plazo.
Entre otras razones, porque para ello tendría que alcanzar alrededor del 13% del capital de la compañía, lo que supondrá un desembolso de unos 1.900 millones de euros para elevar el 5% actual al 13% mencionado. Mucho dinero, incluso para la Sepi.
No conviene olvidar, además, la presencia de los árabes de STC, que continúan agazapados con un 4,9% en ‘matildes’ y otro 5% en derivados, a la espera de los movimientos del Gobierno. No tienen prisa, pero tampoco pausa: en cuanto Moncloa llegue al 10%, lo más probable es que pidan permiso, tanto para nombrar a un consejero como para ejecutar los derivados y alcanzar el 9,9% del capital.
Mientras tanto, Caixabank mantiene un 2,5% y Criteria un 5%. Por cierto, se acabó eso de que Criteria compre cuando Caixabank venda con el objetivo de que la suma de ambas participaciones se mantenga estable. El BCE -a Fráncfort no se escapa detalle- le ha advertido al banco de que no puede concertar nada con Criteria.
La noticia, en cualquier caso, es esta: la Sepi no tendrá un segundo consejero en Telefónica, al menos de momento.