El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete siempre ha querido deshacerse de casi 10% de Telefónica en PRISA, aunque fuera perdiendo dinero, que ota cosa no es posible ni lo será durante muchos años. Pero nunca ha querido desairar a Moncloa.
Es más, hace meses aseguró que no estaba dispuesto a participar en ninguna ampliación de capital de la que tan necesitada anda la editora de El País, La Ser etc. Ya había perdido bastante.
Pues bien, ahora a lo mejor tiene su primera oportunidad de abandonar PRISA. Su presidente, Joseph Oughourlian, de grupo Amber Capital, que posee el 30% de PRISA, pretenece a la masonería de izquierdas de origen franco-armenio. No ha llegado a un acuerdo con los herederos de aquel Canal+, inicial, arquetipo de la masonería francesa... de derechas. La primera se remonta a Mitterrand, la segunda a Giscard.
En cualquier caso, Amber no puede pasar de su actual 30% porque tendría que lanzar una opa. Lo que están haciendo Oughourlian y Miguel 'Cubanino' Barroso, el hombre que manda en el País, máximo representante de Pedro Sánchez a efectos mediáticos, es buscar una grupo de accionistas que compren su participación a Telefónica, pero cuyo paquete sólo servirá para apuntalar a la masonería francesa y a Pedro Sánchez.
Y todo ello con la financiación de otro socio de PRISA, el Banco Santander, más importante por el riesgo financiero con el grupo que por su 4% de participación en el capital. Ojo, Ana Botín asegura Joseph Oughourlian que ni sueñe en volver a mandar en PRISA. En El País manda él, que cada día presume más de progresista por los hoteles de lujo de Madrid.
Y lo más preocupante no es que el periódico más vendido de España y la cadena de radio más escuchada se hayan convertido en el aparato de imagen y propaganda de Pedro Sánchez. Lo más preocupante es la penetración de los masoncetes franceses en España.
Desde luego a quien no puede pedir ayuda Oughourlian es a Ignacio Galán, quien ha ordenado retirar de Prisa toda la publicidad de Iberdrola.