No son pocas las grandes empresas españolas (por ejemplo, el Santander, Repsol o Telefónica) que han puesto en marcha estudios para evaluar el efecto del teletrabajo sobre la productividad.
Pero uno diría que se trata de ese tipo de estudios que se hacen para ratificar con cifras la conclusión a la que ya ha llegado la experiencia diaria. Se lo adelanto: el teletrabajo no funciona, alimenta la pereza y reduce la cultura empresarial.
Lo curioso es que la 'verdad oficial' dice lo contrario. El Gobierno, mismamente ya legisló el teletrabajo como la maravilla que llegaba. Pues bien, los empresarios piensan que el teletrabajo disminuye la productividad y beneficia al mal trabajador, al vago y, sobre todo, al jetas.
Pero a lo mejor los informes concluyen otra cosa.