Teresa Ribera, todavía vicepresidenta del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, tiene dos discursos distintos acerca de la energía nuclear. Así, en la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) (VER DOCUMENTO ADJUNTO), aprobado este martes en el Consejo de Ministros -y que será remitido el miércoles a Bruselas-, el Gobierno mantiene el cierre de las nucleares aprobado en 2019.

Relacionado

El Gobierno ha perdido una ocasión de oro para escuchar a las energéticas y pactar con ellas una nueva hoja de ruta, coincidiendo con la marcha de Ribera a la Comisión Europea.

Porque esto es lo curioso, por calificarlo de alguna manera: mientras el PNIEC mantiene el cierre de las nucleares en España, Ribera, desde su nuevo cargo como Comisaria de Competencia, está dispuesta a dejar que sea cada país miembro el que decida si apuesta, o no, por la malvada nuclear. Es como si la todavía ministra quisiera mostrar que aún manda en España, aunque tenga un pie y medio en Bruselas.

Por lo demás, el nuevo PNIEC no incluye apenas variaciones respecto al aprobado en 2023. Sólo un apunte que confirma que el papel lo aguanta todo: según el Plan, durante el periodo 2025-2030 se venderán en España 5,5 millones de vehículos eléctricos, a razón de algo más de un millón cada año. ¿En serio? En España, en 2023, se matricularon 949.359 vehículos en total, incluidos los de gasolina y diésel. ¿De verdad en el Ministerio de Ribera creen que se podrá duplicar esta cifra y hacerlo únicamente con eléctricos? Ah, y para más inri, el PNIEC no tiene en cuenta los aranceles al coche chino.

En cualquier caso, hay que tomarse todo esto con mucha calma, porque según las previsiones del Ministerio, Bruselas no comenzará a estudiar los nuevos planes hasta principios de 2025. Las cosas de palacio van despacio, y las de Bruselas, más todavía.