Tesla ha pisado el acelerador en 2022, al duplicar beneficio neto y disparar resultado bruto de explotación -ebitda- (+65%) e ingresos (+51%), al crecer en producción y ventas. Y eso que estas dos últimas no llegaron a alcanzar sus previsiones… y todo ello en un año en que su primer accionista y CEO, Elon Musk, ha sido mucho más protagonista por comprar Twitter.
El fabricante de coches eléctricos ha logrado un beneficio neto de unos 11.516 millones de euros, un 128% más que el año anterior. Su ebitda se ha disparado un 65%, a unos 17.596 millones, y el margen operativo ha crecido, pasando del 21,6% al 23,6%. Por su parte, los ingresos han aumentado un 51,4%, a unos 74.740 millones.
En todas estas magnitudes ha contribuido tanto la mayor producción como las mayores ventas, pese a incumplir previsiones. Tesla produjo 1.369.611 vehículos (+47%) y en cada trimestre aumentó la fabricación en todas sus plantas, aunque a distinto ritmo: por ejemplo, en la de Austin (Texas, EEUU), llegó a producir 3.000 unidades a la semana a finales de año, cifra que también alcanzó en la de Berlín (Alemania), mientras en la de de Shanghai (China) tuvo problemas por las restricciones relacionadas con el Covid. Y las entregas crecieron un 40%, a 1.313.851 vehículos.
Para 2023, Tesla mantiene sus planes de producción de la camioneta pick-up Cybertruck, que empezará a finales de año en la planta de Texas, y prevé invertir unos 3.300 millones de euros en la planta de Nevada para sumar 3.000 empleos y dos líneas de producción (una de baterías y otra del camión Semi). Y en ventas, mantiene el objetivo del 50% de incremento para este año, lo que supondrá llegar a vender 1,8 millones de unidades. Veremos si lo logra.
En bolsa, Tesla se ha revalorizado un 34% desde el pasado 1 de enero, algo en lo que ha contribuido el anuncio de la rebaja de precios. Eso sí, aún acumula una depreciación del 54%... pues el poder está contra Musk y sobre todo tras su asalto a Twitter.