La tramitación parlamentaria aún no ha concluido pero la convicción es general. En este momento, ni Ana Botín presidente del Santander cree posible entenderse con Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno, cada día más radical y más populista, considera que enfrentarse a los banqueros le otorga un aplauso especial de su bancada y, con un poco de suerte, -esto no esta tan claro-, del conjunto del electorado.
La única duda es Caixabank, por cuanto el 17% de la entidad con sede Valencia está en manos del Estado es decir, del FROB, es decir, de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. Y eso de que el Gobierno se querelle contra el Gobierno no es algo que agrade al Gobierno.
Las tres patronales bancarias harán lo propio, se querellarán, pues lo consideran un impuesto injusto
En cualquier caso, la postura de Caixabank es que se lo está pensando, pero lo que expuso, y fue el primero en hacerlo Gonzalo Gortázar, su Ceo, fue que se trataba de un impuesto, injusto, improcedente y atentatorio contra la libre competencia y muy dañino, pero Caixabank pretende, en principio, diluir su querella en la de la patronal CECA. Porque esa es otra; cada entidad amenaza con querellarse por sí misma -ya veremos si se atreven a mantenerlo- y también, por vía indirecta se querellarán al integrarse en las denuncias que presentarán las tres patronales del sector: bancos, cajas y rurales.