José Ignacio Goirigolzarri admitió este viernes estar gratamente sorprendido por el crecimiento de la economía española. “Hace un par de año se decía que iba a ocurrir una hecatombe, pero yo era optimista y mi optimismo se vio superado por la realidad”, afirmó durante un desayuno informativo organizado por el diario La Rioja. Efectivamente, según las previsiones, España cerrará el año con un crecimiento del PIB del 2,8% y seguirá por encima del 2% en 2025 y 2026.

Habrá que verlo, porque ese crecimiento está muy condicionado por el gasto público y los fondos europeos. Lo cierto es que mientras la economía española va bien, la de los españoles va mal, de tal manera que en la última década, “se ha crecido poco en la renta por persona”, señaló.

En cualquier caso, la economía española no tiene cimientos sólidos. “La mayor vulnerabilidad de nuestra economía son las cuentas públicas, el déficit público y la deuda”, afirmó el presidente de Caixabank, entidad participada en un 17% por el Estado. “Es necesario un plan, pero no para enviar a Bruselas, sino por nosotros”, apuntilló.

Sí, España necesita un plan que se podría resumir en cuatro palabra: reducir el gasto público. Lo que el Gobierno Sánchez se niega a hacer.