A TotalEnergies le ha pasado factura el abaratamiento del petróleo (el barril de Brent ha cotizado de media a 81,2 dólares, un 9% menos que hace un año, y actualmente está a 78) y del gas (entre un 40% y un 55% inferior, según Henry Hub, la referencia en EEUU) en el primer trimestre. Y esto ha provocado una caída del 26% en el beneficio operativo, menos resultado bruto de explotación -ebitda- (-19%), beneficio neto (-12%) e ingresos (-9%).
La petrolera francesa ha recibido un tironcillo de orejas en bolsa (su cotización baja un 2%), después de un primer trimestre a la baja en los números. Eso sí, sus accionistas no lo notarán demasiado, porque el CEO, Patrick Pouyanné, ha confirmado que aumentará un 7,25% el primer pago de dividendo a cuenta de este ejercicio, a 0,74 euros por acción, y también habrá compra de acciones propias por 2.000 millones de dólares en el segundo trimestre.
A pesar de los descensos citados, Pouyanné ha subrayado que la compañía “demuestra una vez más su capacidad a generar muy buenos resultados” con una rentabilidad de capitales del 25,4 % en los últimos 12 meses, frente a la del 28,2% del ejercicio 2022. Sin embargo, no es baladí que el beneficio operativo neto haya caído un 26% entre enero y marzo, hasta 6.993 millones, en lo que ha influido: el desplome del 47% en el del negocio de exploración y producción de hidrocarburos (denominado upstream en el argot del sector), del 34% en el de comercialización de gas natural licuado (GNL) y del 23% en la división de electricidad. Eso sí, la división de refino y química disparó su beneficio operativo un 44% y la de mercadotecnia y servicios ascendió un 3%. Por su parte, el ebitda ajustado ha bajado un 19% entre enero y marzo, a 14.167 millones; y el beneficio neto, un 12%, a 5.557 millones. Además, los ingresos han descendido un 9%, a 58.309 millones.
La petrolera francesa ha duplicado las inversiones, hasta 6.420 millones en el primer trimestre, de las que 3.256 se destinaron a compras. Eso sí, también habrá ventas: este jueves ha anunciado la del negocio de arenas bituminosas de Canadá a la empresa local Suncor por un pago en efectivo de unos 4.100 millones, al que se podrían añadir hasta un máximo de 450 millones. Estas arenas bituminosas (también llamadas arenas petrolíferas) son una combinación de arcilla, arena, agua y bitumen, y de ellas se extrae un betún que tiene características similares al petróleo y puede ser refinado para dar lugar a distintos compuestos orgánicos (combustible, entre ellos).