Si van a planear un viaje próximamente, tengan cuidado con quién lo hacen. No siempre lo más barato es lo mejor. Es la conclusión a la que se llega después de comprobar lo que hace Lastminute -que también opera bajo las marcas Rumbo, Bravofly, Volagratis y Jetcost- para no devolver el dinero de la reserva a pesar de que la aerolínea, en este caso Vueling, cancelara el vuelo.
Hablamos de una reserva realizada en diciembre de 2021 para viajar desde Madrid a otra capital europea, la ida el día 1 de mayo y la vuelta, el 5. Pues bien, por varias razones ajenas al caso, el pasajero no puede viajar y cuando falta un mes llama a Lastminute para cancelar el viaje. Allí le informan de que, debido a la tarifa, no se le devolverá el dinero, ni siquiera las tasas de aeropuerto. Entonces, el viajero, resignado, pregunta entre sus conocidos si alguien quiere viajar esas fechas y encuentra a una persona dispuesta a hacerlo. Todo por aprovechar la reserva.
Pero miren por dónde, cuando llama para cambiar el nombre del pasajero, en Vueling le dicen que el vuelo del día 5 se ha cancelado. Y eso apenas dos semanas antes del viaje. El pasajero entonces llama a Lastminute para cancelar la reserva, pero le aseguran que no, que el vuelo de Vueling continúa activo y que únicamente devolverán el dinero si efectivamente, como dice, el vuelo se ha cancelado.
El pasajero, indignado y resignado a partes iguales, vuelve a contactar con Vueling y le confirman que el vuelo del 5 se ha cancelado, pero que le han reubicado en un vuelo del día 3. Además, para curarse en salud, aseguran que enviaron una notificación en abril avisando del cambio, mensaje que nunca llegó al pasajero, ni directamente ni a través de Lastimute.
¿Se imaginan? ¿Viajar despreocupadamente el día 1 pensando que la vuelta es el 5, y ese día, en el aeropuerto, le digan que su vuelo salió hace dos días y que debe comprar otro billete?
En cualquier caso, y a pesar de la última información de Vueling, la plataforma insiste en que el viaje del día 5 está más que confirmado, con Vueling.
Es una trampa de la que el cliente no puede salir sin perder el dinero del billete. Incluso si decide viajar, lo haría con la incertidumbre que supone no saber si el vuelo de vuelta se cancelará estando allí.
En definitiva, si están planeando un viaje, miren bien con qué compañía lo hacen. A veces, lo barato sale caro y siempre, o casi siempre, implica mucho riesgo.