El sector turístico, uno de los más ninguneados por el Gobierno, al menos en lo que a fondos europeos se refiere, sigue en racha y prevé cerrar el año con un crecimiento del 4,6%, el doble que la economía española, según la patronal Exceltur. El peso del turismo en el PIB de nuestro país será del 13,2%, superior al 12,8% de 2023, que ya era elevado.
El verano volverá a ser muy bueno, pero menos que el de 2023, que fue excepcional. De hecho, Exceltur estima que el tercer trimestre las ventas aumenten un 5,3%, frente al 7,8% del segundo y el 12,4% del primero. El turismo se ralentiza respecto a 2023, pero sigue siendo uno de los motores principales de la economía española. ¿Eso es bueno? No del todo, porque una economía que depende sobre todo del sector servicios es mucho más vulnerable que otra basada en el sector industrial.
El vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, volvió a insistir este jueves, durante la presentación del informe de previsiones de la patronal, en la necesidad de un turismo sostenible, que no provoque descontento en la sociedad, como está sucediendo en algunos destinos como Canarias, Baleares y Barcelona. “Es necesario reflexionar sobre cómo compatibilizar el crecimiento con las manifestaciones de la ciudadanía”, afirmó.
Precisamente, con el objetivo de poner fin a la masificación turística, provocada por ejemplo por los pisos turísticos ilegales, y promover un turismo sostenible y de calidad, Exceltur presentó hace una semana el manifiesto “Por un turismo con propósito, responsable, inclusivo y regenerativo. El turismo que todos queremos”.
Según el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, entre junio y septiembre visitarán España 41 millones de turistas extranjeros, un 13% más que en 2023. En esta línea, el gasto aumentará un 22%, hasta los 59.000 millones de euros. “El aumento del gasto, por encima del número de visitantes, reafirma el liderazgo del modelo turístico y nos empuja a seguir trabajando en la estrategia por un turismo sostenible e inclusivo que contribuya a la preservación de los destinos y la mejora de la calidad de vida de los trabajadores y de los residentes”, señaló este jueves durante su visita a Seggitur.
Hereu se ha tomado en serio el manifiesto de Exceltur. O eso parece.
Ahora bien, el turismo se ha convertido en la salvador del Sanchismo. El problema, como diría el inefable Marlaska, es de "prospectiva": ¿puede una economía sobrevivir basada en un sector tan voluble como el turismo?