A Héctor Gómez, ministro de Industria, Comercio y Turismo, le ha faltado tiempo para apuntarse el éxito de las cifras turísticas publicadas este jueves por el INE. Atentos: “Datos extraordinarios que demuestran que España está a la vanguardia del turismo mundial, que la recuperación turística es plena y que las políticas del Gobierno funcionan”, afirmó este jueves en un encuentro con la prensa.
Vayamos por partes, como diría Jack el Destripador. Efectivamente, los datos son extraordinarios: en abril visitaron España 7,2 millones de turistas internacionales, un 18,5% más que en abril de 2022 y un 1,2% más que en el mismo mes de 2019, antes de la pandemia. Fue el mejor abril de la historia.
El acumulado de los cuatro primeros meses también es bueno (casi 21 millones de turistas), aunque no alcanza los niveles de 2019, cuando se registraron casi 21,4 millones de visitantes. En cualquier caso, la tendencia es inmejorable.
Buenas noticias también en cuanto al dinero que dejan esos turistas, aunque el aumento hay que verlo bajo el prisma de la elevada inflación. Es decir, gastan más, pero a los hoteleros también les cuestan más los suministros. En cualquier caso, el gasto en abril también fue de récord: 8.480 millones de euros, un 22,7% más que en 2022 y un 20,2% más que el récord anterior. El gasto desde enero alcanzó los 25.681 millones de euros, un 36,6% más que en 2022 y un 14,5% más que el mismo periodo de 2019.
Como decimos, el ministro Gómez ha atribuido este éxito, o parte de él, a las “políticas del Gobierno”, cuando en realidad el Ejecutivo no sólo no ha ayudado al sector, sino que le puso piedras en el camino durante la segunda fase de la pandemia, lanzando mensajes apocalípticos mientras el sector intentaba recuperar cierta normalidad. No sólo eso, organizaciones como Exceltur han reclamado una y otra vez medidas de apoyo como, por ejemplo, un Perte para el sector, argumentando que se trata de industria principal de nuestro país, pero sin éxito alguno.
Por eso, que Gómez diga ahora que “tenemos que hacer un esfuerzo para establecer dinámicas de colaboración público-privadas”, tiene bemoles.