Fast Retailing, la matriz de Uniqlo (también conocida como ‘el Zara japonés’, aunque en versión un tanto más cutre), registró un beneficio neto atribuido de 273.300 millones de yenes (1.922 millones de euros) al cierre de su año fiscal, que concluyó el pasado mes de agosto, lo que supone un incremento del 60,9% en comparación con el año anterior. 

La empresa matriz de la cadena minorista textil explicó que al excluir el impacto positivo de la debilidad del yen, "que infló el rendimiento", el beneficio operativo creció cercano al 14% y el beneficio atribuible un 16%. Las ventas subieron a 2,3 billones de yenes, 16.170 millones de euros, lo que supone una cifra récord y un crecimiento del 7,9% respecto al año anterior. 

Pero no todo fueron buenas noticias para el grupo: la facturación de la marca Uniqlo en Japón cayó un 3,8%, hasta 810.200 millones de yenes (5.697 millones de euros), si bien sus ingresos a nivel internacional crecieron un 20,3%, hasta 1,11 billones de yenes (7.810 millones de euros).

Aunque la compañía mira el futuro con optimismo y prevé elevar sus ventas el próximo año un 15,3% hasta 2,65 billones de yenes (18.630 millones de euros), pero advierte de una caída del beneficio neto atribuido del 15,9% hasta los 230.000 millones de yenes (1.617 millones de euros). Además, su objetivo es abrir 310 tiendas en su siguiente año fiscal, acelerando principalmente la apertura de nuevos establecimientos de Uniqlo International, hasta llegar a las 3.747 tiendas para finales de agosto de 2023 en todo el grupo.