Vestas ha recibido premio bursátil en pleno fin del viaje de los Reyes de España (Felipe VI y Letizia) a Dinamarca que ha durado tres días: tras dar a conocer sus resultados de los nueve primeros meses, la cotización se ha disparado un 9,8%. Y es que ha tenido una fuerte reducción de pérdidas (-93%) y más ingresos.

El fabricante de aerogeneradores danés continúa teniendo una mejor evolución que su compatriota Orsted (que se ha hundido con el fracaso de la eólica marina y ha perdido 2.666 millones de euros hasta septiembre, y dicho fracaso también lastra a Iberdrola) y que la ahora alemana Siemens Gamesa. Esto es bueno para España, donde Vestas tiene más de 2.000 empleados, aunque no hay que perder de vista que su presencia se ha reducido bastante respecto a la de años atrás: tras el cierre de la planta de Viveiro (Lugo) en septiembre de 2021, ya sólo fabrica en la planta de Daimiel (Ciudad Real), pero también tiene centros en Granada, Madrid y Zaragoza.

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Vestas ha aumentado sus ingresos un 9,3%, a 10.611 millones, hasta septiembre. Por su parte, las pérdidas se han reducido un 93%, a 71 millones, frente a los 1.031 millones de hace un año, y en parte se debe al “impulso positivo” del tercer trimestre, según su presidente y CEO, Henrik Andersen. Tras las cifras, ha señalado que “seguimos en camino de ser rentables en 2023”, aunque “estamos ajustando nuestras previsiones para todo el año”: han rebajado ligeramente el rango inferior de ingresos, mientras han elevado el del margen de beneficio operativo. Además, las inversiones ascenderán a unos 800 millones, frente a los 1.000 previstos inicialmente. Y puede que por los datos sobre previsiones e inversiones, los inversores hayan rebajado el entusiasmo del día anterior y este jueves, la cotización baje un 2%. No obstante, acumula una revalorización del 6,5% en los últimos cinco días, por lo que hay más premio que castigo.